jueves, 2 de noviembre de 2023

Matutino de película que me viene a cuento

¡Buenos días!

No le voy a echar cuento, que ya lo estáis viendo y sintiendo vosotros mismos... el otoño hoy parece haberse desaforado algo, con esta jornada sumamente nubosa, y muy ventosa, con crecientes lluvias, cada vez más intensas, pero allá películas, porque no sé vosotros, pero yo sigo disfrutando con este ambiente. La máxima prevista para hoy será de 15ºC por los madriles. Por lo demás, sigo con lo mío en estos matutinos, a contaros lo mejor que pueda y sepa la película que vi la jornada anterior, así que...

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La contadora de películas" (2023), de Lone Scherfig, basada en la novela homónima (2009) de Hernán Rivera Letelier, y con Sara Becker, Alondra Valenzuela, Bérénice Bejo, Antonio de la Torre, y Daniel Brühl. De esta directora danesa había visto hasta ahora cinco de sus anteriores películas: "Su mejor historia" ("Their finest", 2016), "One day (Siempre el mismo día)" ("One day", 2011), "An education" (2009), "Wilbur se quiere suicidar" ("Wilbur wants to kill himself", 2002), e "Italiano para principiantes" ("Italiensk for begyndere", 2000).

Años 60 en una pequeña localidad chilena en el desierto de Atacama. Una familia, matrimonio con tres hijos y una hija, tiene por costumbre ir cada domingo todos juntos al cine a ver la película de turno. Un día el padre, que trabaja como minero en la mina de salitre del lugar, sufre un accidente laboral que lo invalida, así que ya no pueden permitirse ir al cine todos, pues su precaria economía todavía lo es más ahora, por lo que envía a sus hijos sucesivamente, uno a uno cada domingo, para que vea la película y luego se la cuente al resto. Al final todos deciden que quien mejor lo hace es la hija pequeña, así que es quien se encarga de ello a partir de entonces. Y lo hace tan bien que, al poco, otros habitantes del pueblo, que no pueden permitirse el pago de una entrada, acuden a su hogar a oírla narrar lo que vio en la pantalla.

Buena película (nota: 6), con sus más y sus menos, bonita, que se ve con agrado, a pesar de algún deje que otro de melodramático folletín, pero tan leve y comedido que apenas me incomodó. Con el trasfondo histórico del Chile de los años 60 y 70 y la crítica social a ciertos aspectos de aquel momento, como las abusivas condiciones de trabajo de los mineros, que vivían rayanos en la pobreza, y la represión dictatorial de Pinochet (que comenzó el otro 11-S, el de 1973), de lo que en realidad se trata es del arte de narrar historias, de contar cuentos, sea en formato celuloide, papel u oralmente, para tratar de ayudarnos a mejor sobrellevar nuestras particulares penurias vitales. Por supuesto es muy cinéfila, mostrándonos el auge y decadencia del acto de ir al cine, parcialmente hundido con la irrupción de la televisión (no es mi caso, por supuesto).

Bueno, pues dejémonos de cuentos, o de películas, pasemos ahora a las citas de sabiduría ajena:

 - "Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiese narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que se hayan escrito jamás".  (Giovanni Papini).

 - "Esto es lo que engaña a la gente; el hombre es siempre un narrador de historias; vive rodeado de sus historias y de las ajenas, observa a través de ellas todo lo que le sucede, y trata de vivir su vida como si la contara".  (Jean Paul Sartre).

 - "Narrar lo que sientes te obliga a organizar tu historia, rebaja la intensidad emocional y alarga la vida".  (Luis Rojas Marcos).

Besos y abrazos,

Don.

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