¡Buenos días!
Pues no, ni resquemor ni piel requemada por este frío sol de invierno que nos adorna estos días. El caso es que esta mañana se nota que hace menos frío que en las anteriores, en una continua tendencia a la suavidad térmica, lo que abunda en evaporar los nimios resentimientos que eventualmente pudieran atenazarnos.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Pa negre (Pan negro)", de Agustí Villaronga, y con Francesc Colomer, Nora Navas, Marina Comas y Roger Casamajor.
En la Cataluña rural de la posguerra, un niño encuentra los cadáveres de un padre y su hijo, vecinos de su pueblo, despeñados en su carromato en un bosque. Su padre, un rojo, es acusado de los asesinatos y debe huir. El niño empezará a buscar para tratar de averiguar la verdad de lo ocurrido. Durante el proceso se irá dando cuenta de las mentiras que conforman el mundo adulto.
Una muy buena película, de estupenda factura técnica, que arranca con la muy dura y espectacular escena del asesinato del padre y del hijo. Una historia, contada a través de la mirada inquisidora de un niño, sobre lo ruines y mezquinos que podemos llegar a ser los seres humanos, con independencia de ideologías; y sobre las rencillas, envidias y celos que se dan, muy amplificados, en las guerras civiles y sus inmediatas posguerras. No se juzgan los miseros comportamientos a las que son arrastrados buena parte de la población civil como consecuencia de cualquier guerra.
Ahora, para tratar de mitigar cualquier resquemor que pudiera arder en nuestro interior, nada como un poquito de sabiduría ajena:
- "El amor de los niños es universal. Sonríen y hacen amistades en un instante. Respetan las diferencias entre personas. Los niños no guardan el resquemor y la amargura que nos sucede a los adultos". (Johnny de Carli).
- "Por severo que sea un padre juzgando a su hijo, nunca es tan severo como un hijo juzgando a su padre". (Enrique Jardiel Poncela).
- "Y no hay deleites humanos
ni más grandes ni más sanos
que estos que son mi ideal:
pan de trigo candeal
comido en paz y entre hermanos" (Gabriel y Galán).
Besos y abrazos,
Don.
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