jueves, 16 de enero de 2020

Reflejo matutino nada sibilino

¡Buenos días!

En estos matutinos con meridiana claridad me veo reflejado, al menos en una parte de mi ser, dudando a veces si ellos son yo o viceversa, resplandeciendo con y gracias a ellos, cual si en una buena sesión terapéutica me encontrara y con ella me trataran de mis eventuales neuras. El sol lo tiene difícil para mostrar sus dorados reflejos entre tanta tupida nube gris que nos oscurece el día, en el que no hay pronóstico, desde luego nada agorero, de lluvia alguna por los madriles... tal vez en próximos días. En lo térmico, está pronosticada una máxima de 13ºC (y mínima de 8ºC).

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El reflejo de Sibyl" ("Sibyl"), de Justine Triet, y con Virginie Efira, Adèle Exarchopoulos, Gaspard Ulliel, y Sandra Hüller. Es el tercer largo de esta directora francesa, de quien había visto su anterior, "Los casos de Victoria" ("Victoria", 2016).

Sibyl es una psicoterapeuta, ex alcohólica que acude a sesiones de alcohólicos anónimos y a la consulta de otro compañero que la trata, y que toma la decisión de volver a dedicarse a su pasión por escribir novelas, así que se desembaraza de la gran mayoría de sus pacientes para poder centrarse en la escritura. Al poco recibe la llamada de una mujer desesperada que requiere apremiantemente de sus servicios. Es una joven actriz con una vida amorosa tan tumultuosa como la que ella tuvo en el pasado. Viendo una oportunidad de inspiración para su novela, acepta tratarla, y además la acompaña al rodaje que tiene entre manos, donde la actriz y el actor principal mantienen un lío, y además este está casado con la directora.

Película tirando a mala (nota: 3), en la que no me gustó lo que se narraba ni como se narraba, excesivamente abigarrada de capas de metaficción de cine y literatura entrelazadas con la realidad, cual presunto juego de espejos, amén de contener un lioso puzle temporal. Tampoco me interesaron lo más mínimo las tribulaciones emocionales y existenciales de sus tres desquiciados personajes femeninos. Salvo detallitos, como embelesarme con la actriz principal, me irritó y aburrió a partes iguales, encontrados sentimientos que trataron de alienarme, aunque no necesité de más tratamiento que el de una breve cabezadita en la sala.

Pues ahora queda seguir reflexionando con esta citas de sabiduría ajena que espero iluminen nuestras mentes:

 - "El deber del escritor es reflejar su vida, aportar su experiencia, toda su pequeña aventura humana, todo lo que Dios ha querido hacer con él".  (William Faulkner).

 - "Si la literatura es, como parece, el reflejo de la vida, no debe culparse al escritor que trata de levantar acta de lo que ve, del hecho doloroso y amargo que le es dado contemplar, sin más que descorrer los visillos de su ventana".  (Camilo José Cela).

Besos y abrazos,

Don.
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