¡Buenos
días!
Algo
enmarañada de nubes se nos presenta la mañana, agradabilísima, con sol sin
embargo, y con 26ºC de máxima prevista para hoy por los madriles, así que
saldré a averiguar el porqué de tal cosa, que me suena que no es la primera vez
que veo. No sé si terminaré por conseguirlo, pero seguro que por el camino
disfruto con lo que me vaya encontrando al albur de mis andanzas. Ya os contaré,
si acaso.
Antes
de ayer por la tarde estuve en el cine viendo una deliciosa película que desde
ya os recomiendo que vayáis a ver. Se trató de "Rosalie Blum",
de Julien Rappeneau, y con Noémie Lvovsky, Kyan Khojandi, y Alice Isaaz. Es el
primer largo de este director francés, basado en un premiado cómic homónimo de
Camille Jourdy.
En
una pequeña ciudad de provincias, un tímido y anodino peluquero cuya rutinaria
vida oscila entre su peluquería, su posesiva y extravagante madre, su primo y
único amigo, y su gato, por casualidad entra en una pequeña tienda de
ultramarinos, a cuya desconocida propietaria, Rosalie Blum, cree conocer de
algo, pero no recuerda de qué ni sabe su nombre. Intrigado, empezará a seguirla
de incógnito para tratar de averiguar cosas de su vida, sin ser muy consciente
de lo que este fortuito hecho le cambiará su vida.
Una
estupenda película (nota: 8) que os recomiendo, esta extraña y distinta
melodramedia con pinceladas de intrigante suspense, melancolía y romance,
estructurada en tres partes, cada una de las cuales está dedicada a uno de los
tres personajes principales (peluquero, Rosalie y la sobrina de esta), pelín
excéntricos (y más todavía los secundarios), y que nos muestra, al estilo de la
magistral "Rashomon" (1950) de Akira Kurosawa, tres puntos de
vista distintos sobre los sucesos narrados. Guión muy inteligente, emotivo,
divertido, y con unas cuantas sorpresas, sobre vidas cruzadas de lo más
cotidianas y de revelación de íntimos secretos. Muy bien retratadas las
sensibilidades de estas tres almas solitarias, con autenticidad.
Ahora
algo de sabiduría ajena, con alguna cita que quizá os suene que ya la pusiera
con anterioridad, y con la que seguro aprenderemos algo de camino al final de
los besos y abrazos:
- "Los hombres están siempre dispuestos a
curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí
mismos y corregir su propia vida".
(San Agustín).
- "La dicha de la vida consiste en tener
siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que
esperar". (Thomas Chalmers).
Besos
y abrazos,
Don.
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