No sé si me
quedará tan reluciente como en principio espero, pero casi mejor que no, no
vaya a ser que nos deslumbre y no nos permita ver lo que verdaderamente
subyace. Hace ya unos días que dejó de chorrear agua desde las nubes,
prácticamente evaporadas por el creciente ardor primaveral, dejándonos un sol
de relumbrón, bueno, más que eso, bastante más, que aunque calienta más y más,
todavía no nos aprieta, en este delicioso día de primavera con suave y tibia
brisa, con máxima prevista de 20ºC por los madriles. Y todo de gratis.
Este fin de
semana estuve en el teatro viendo la obra "Mammón",
escrita y dirigida por Nao Albet y Marcel Borràs, y con ellos mismos, Irene
Escolar, Ricardo Gómez y Manel Sans.
Nada más comenzar
la función salen dos actores y comunican al público que "Mammón" no
va a representarse, no puede ser, y relatan el porqué se ha podido llegar hasta
este extremo. Comienzan por explicar la mitología que subyace tras el título
(Mammón es una divinidad fenicia, y de otros aledaños pueblos semitas, de la
riqueza y la abundancia, aunque para los bíblicos cristianos es el idólatra
dios de la avaricia), y con imágenes documentales (falso documental) se
muestran las vicisitudes de sus creadores para tratar de sacar adelante su
monumental proyecto, de faraónico presupuesto, comenzando por relacionar el
mito con la realidad de la actual guerra en Siria, pero derivando después a una
visita a casinos de Las Vegas para intentar allí aumentar exponencialmente sus
escasos dineros para poder montar la obra, y con el que tratan de poner en
relieve las miserias de hasta donde es capaz de llegar la humanidad por poseer
dinero y riquezas, y las estupideces que se hacen si es que tal se consigue.
Tras el primer tercio de dos actores e imágenes proyectadas, de estas salen y
toman cuerpo el resto de sus protagonistas para seguir representando los hechos
acaecidos.
Espléndida (nota:
8) obra de teatro esta comedia algo disparatada con excelentísimas
actuaciones de todos, especialmente de mi ya actriz fetiche Irene Escolar,
sobre míticas profecías autocumplidas, ilusión monetaria y fiebre del oro, de
la humana codicia por él y de como nos esclaviza y corrompe. Salvo algunos
momentos hacia su mitad en los que me desconcertó algo, sus modos y maneras y
su historia me engancharon en el viaje alucinante de sus protagonistas,
deslumbrados por el oropel (y eso que venían avisados por el mito fenicio).
Entretenidísima, muy divertida y que da que pensar. De hecho casi también
podría verse, amén de como descarnada crítica en general a la lascivia humana
por el vil metal y sus aledaños, como autocrítica gremial sobre si son
realmente necesarias ingentes cantidades de fondos para montar una buena obra
de teatro (de cine o de arte en general), o basta con cuatro cositas bien
apañaditas, con arte e inteligente ingenio, como en este mismo caso sucede. Os
la recomiendo si tuvierais oportunidad de verla.
Ahora unas citas
de sabiduría ajena a modo de pulimento que abrillante nuestras entendederas
para no dejarnos caer en la tentación y librarnos de la maldición -amén- de
dejarnos corromper por el poderoso caballero que es Don Dinero:
- "As de oros, no le jueguen
bobos". (Refrán).
- "Nuestra sociedad ha llegado a un
momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del
becerro". (Antonio Gala).
- "La libertad suele ir vestida de
harapos; pero aun así, es muy bella, más bella que todas las libreas de oro y
plata". (Amado Nervo).
- "Oro, poder y riquezas
muriendo has de
abandonar,
al cielo sólo te
llevas
lo que des a los
demás". (Eduardo Marquina).
Besos y abrazos,
Don.
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