lunes, 30 de enero de 2017

No hay clausura matutina

¡Buenos días!

Sí, porque no doy lugar a enclaustrarme en ellos y que el aire se me haga irrespirable. Además porque tengo la sensación de que no van a terminarse en el muy largo plazo temporal que alcanzo a vislumbrar; si acaso, en el de hoy, con los besos y abrazos del final, y hasta los buenos días del siguiente. Como también hace aparentemente el sol en su elíptico devenir ente los dos extremos del horizonte, muriendo y renaciendo con cada rotación. El que tampoco tiene visos de terminar es este invierno, al menos hasta llegar al próximo equinoccio, todavía muy, muy lejano. De momento, hoy casi con tibieza térmica, nieblas, eventuales lloviznas y apenas sol visible, aunque parece que antes de cerrar el día se abrirá el cielo.

Este fin de semana estuve en el teatro viendo la obra "La clausura del amor" ("Clôture de l'amour"), escrita y dirigida por Pascal Rambert, y con Bárbara Lennie e Israel Elejalde.

Una pareja irrumpe atropelladamente en el desnudo escenario. Él, con incontenible logorrea, le espeta a ella en una larguísima diatriba, con lacerantes palabras plenas de rabia, de dolor... y de amor pasado, que su relación se ha roto y que la deja. Cuando ha terminado y va a irse, ella, que escuchó enmudecida, le detiene, y le rebate punto por punto todas sus razones, sus presuntas verdades.

Una obra que no me gustó y apenas nada me dijo (nota: 3), a pesar de las estupendas actuaciones de los dos actores, mucho mejor ella para mí. Sobrada de intensidad y de preñez metafórica, molesto ruido que distorsionaba sobremanera las no demasiado convincentes razones de ninguno de los dos personajes, que casi nada me interesaron, aunque algo más las de ella, especialmente en los diez minutos finales. En definitiva, que su contenido no me gustó, aunque sí su estructura en dos monólogos sucesivos casi tan parecidos como una figura y su reflejo de espejo. Enlodado combate dialéctico a pecho descubierto (literalmente cierto en la coda final) de pareja en crisis, de amor en descomposición, con hirientes palabras con intención de hacer daño, que a nada llevan, ni nada resuelven, en una catarsis que casi ni alivia el dolor de los litigantes.

Bueno, pues al final veo la puerta de salida de este matutino, pero antes hay que atravesar por estas citas de sabiduría ajena, y a lo mejor algo se nos pega:

 - "No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón".  (Charles Dickens).

 - "En la guerra como en el amor, para acabar es necesario verse de cerca".  (Napoleón).

 - "Con frecuencia el amor, comercio borrascoso, acaba en bancarrota".  (Chamfort).

 - "Lo mismo es nuestra vida que una comedia; no se atiende a si es larga, sino a si la han representado bien. Concluye donde quieras, con tal de que pongas buen final".  (Séneca).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: