martes, 31 de enero de 2017

Breve interludio matutino

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que desfilo por los matutinos, breve entreacto de mis quehaceres cotidianos, intermedio en el que dejo fluir mis desvaríos, divirtiéndome, tratando de remendar eventuales dolencias anímicas para volver saneado a la refriega del día a día. Y hoy, sí que sí, asoma el sol, intervalo entre pasados días de nubosidad, nieblas y lloviznas, y los que están por venir de más de lo mismo, con unos desmedidos 15ºC de máxima, totalmente descolocados, y que nos descolocan, cual si este invierno no fuera real, una especie de show para embobarnos, y que nos hacen dudar de en qué estación estamos realmente, si en esta o en aquella. Así no hay manera de adaptarse a clima alguno... o a lo mejor esto nos prepara para lo que sea, por absurdo que parezca, quien sabe.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Billy Lynn" ("Billy Lynn's long halftime walk"), de Ang Lee, basada en la novela homónima de Ben Fountain, y con Joe Alwyn, Steve Martin, Kristen Stewart, Garrett Hedlund, Vin Diesel, Chris Tucker, y Makenzie Leigh. De este excelentísimo director de origen chino he visto la mayoría de sus films, a saber, "La vida de Pi" ("Life of Pi", 2012), "Deseo, peligro" ("Se, jie", 2007), "Brokeback mountain (En terreno vedado)" ("Brokeback mountain", 2005), "Hulk" (2003), "Tigre y dragón" ("Wo hu cang long", 2000), "Cabalga con el diablo" ("Ride with the devil", 1999), "La tormenta de hielo" ("The ice storm", 1997), "Sentido y sensibilidad" ("Sense and sensibility", 1995), y "El banquete de boda" ("Xi yan" / "The wedding banquet", 1993). Además de estos que vi, me quedan otros tres largos suyos por ver.

Año 2004. Billy Lynn, joven soldado de 19 años, se convierte en héroe de la guerra de Irak al captar incidentalmente una cámara su acción de intentar salvar a su sargento de una muerte segura en medio de una emboscada en la que su comando había caído. Él y todo su pelotón son llevados temporalmente a Estados Unidos para una breve gira promocional y una intervención en el descanso de un partido de fútbol americano en el día de acción de gracias. Y de vuelta para la guerra.

Una buena película (nota: 6) que, sin embargo, no acabó de ser redonda para mí. Es como si le faltara algo, a pesar de la buena historia, su vidriosa retranca sarcástica, y las innovadoras técnicas usadas: 3D, fotografía a 120 imágenes por segundo, el quíntuple de lo normal, y resolución a 4k, la primera cinta en la que estas tres técnicas se conjugan a la vez... pero aquí en España se ha distribuido en formato normalito, así que no podremos apreciar estos avances técnicos que tratan de dar la mayor sensación posible de irreal hiperrealidad.

Destila antibelicismo, pero se pone de parte de los soldados. Nos habla de sus secuelas básicamente anímicas y su difícil readaptación a la vida civil ordinaria, que ven absurda, ruidosa, caótica y sin sentido, de otro modo, o del mismo, que de por sí ya lo es la misma guerra. Descarnada sátira de la infantiloide sociedad estadounidense, ignorantes de la realidad de las guerras en las que se embarcan, o les embarcan algunos de sus mezquinos empresarios y políticos, mediatizada por los mass media que casi todo lo convierten en atracción de feria, programas y espectáculos basura donde todo simula burdo oropel. En cierto modo, algunas situaciones me recordaron ciertos pasajes de "Banderas de nuestros padres" ("Flags of our fathers", 2006) de Clint Eastwood.

Bueno, pues antes de acabar este intermedio promocional y que podáis seguir viendo, y viviendo, la película de vuestra auténtica existencia, os invito a que os deis un paseo por entre estas citas de sabiduría ajena:

 - "Ver un asesinato por televisión puede ayudarnos a descargar los propios sentimientos de odio. Si no se tienen sentimientos de odio, podrán obtenerse en el intervalo publicitario".  (Alfred Hitchcock).

 - "No todos podemos ser héroes. Alguien tiene que quedarse a un lado aclamándolos al pasar".  (William Rogers).

 - "Uno cree que muere por la patria y muere por los industriales".  (Anatole France).

 - "La guerra es un juego que los reyes, si sus súbditos fueran inteligentes, no jugarían jamás".  (William Cowper).

Besos y abrazos,

Don.
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