¡Buenos
días!
No
puede ser, no me lo creo, pues siempre me dicen algo -aunque no oiga voces en
mi cabeza-, cuando no desatan su verborrea, respondiendo a mis requerimientos, aunque
nada que me sea revelado por ciencia infusa, pues quien por aquí se pasa ya
sabe que todo lo que pongo en estos matutinos me sale de las mismísimas
neuronas. Si acaso, se me rebelan un poco, me lo ponen difícil, pues no siempre
doy con las palabras adecuadas que quisiera plasmar, dudando que poner o dejar,
aunque sin saber muy bien el qué. Así que aquí queda éste de hoy, sin más
espurias entelequias. Bueno, algo más, de la cosa meteorológica, soleado y
sereno día de invierno, que todo me lo dice en su callada quietud, incluso la
de esas ateridas ramas cárdenas por las albas escarchas del alba.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Silencio"
("Silence"), de Martin Scorsese, y con Andrew Garfield, Adam Driver,
Liam Neeson, Yosuke Kubozuka, Issei Ogata, Tadanobu Asano, y Shin'ya Tsukamoto.
Está basado en la novela "Silencio" ("Chinmoku") de Shusaku
Endo. De Scorsese he visto casi todos sus largos de ficción, y en concreto
todos los de este siglo XXI: "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall
Street", 2013), "La invención de Hugo" ("Hugo", 2011), "Shutter island" (2010), "Infiltrados" ("The departed", 2006), "El aviador" ("The aviator", 2004), y "Gangs of New York" (2002). De todas, mis tres
preferidas han sido "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall
Street", 2013), "La edad de la inocencia" ("The age of
innocence", 1993) y "Uno de los nuestros"
("Goodfellas", 1990).
En
el s.XVII dos jóvenes misioneros jesuitas portugueses viajan a Japón en busca
de su desaparecido maestro y mentor, de donde han llegado confusas noticias de
que ha apostatado y ha dejado de ejercer su ministerio. Cuando llegan allí
descubren que son los únicos sacerdotes del país, y los pocos cristianos que
quedan, gente del más mísero estrato social, viven su fe en la clandestinidad,
jugándose la vida, hostigados por los señores feudales, decididos a erradicar
de su tierra la religión cristiana, a base de persecución implacable y
horrorosas torturas hasta la muerte para hacerles renegar de su fe.
Una
estupenda película (nota: 8), sobria casi como unos ejercicios espirituales,
aunque de espléndida factura técnica (fotografía y demás), esta profunda
reflexión sobre la religión, la fe y sus dudas, la presunta debilidad o
fortaleza de los hombres, que nunca se sabrá cuál es cual, a través del viaje
físico y espiritual de sus protagonistas, en su místico y evangélico vía
crucis, especie de continua cuesta abajo muy resbaladiza hasta el mismo
cenagoso infierno, en el que se enfrentan a sí mismos como en un espejo que les
devuelve su propia imagen. Aberraciones hechas en nombre de la fe que los
orgullosos misioneros sufren en cuerpo y alma.
¿Son
más importantes los símbolos de la fe (estampitas, iconos, templos y sus
gerentes, y demás) que la misma fe?, ¿está justificado el sufrimiento humano
para imponer la fe? -esa misma que predica el no matarás y demás-, ¿realmente
se pueden cambiar a la fuerza las ideas arraigadas de la gente?, ¿Dios nos
envía señales o nos habla, hace algo para evitar nuestro sufrimiento, o incluso
existe, o no son más que perturbados delirios de mentes irracionales?... (Silencio)...
(Silencio)... (Silencio)...
Como
no recibo respuesta de quién sabe quién, paso a unas citas de sabiduría ajena,
que tal vez nos aclaren algo, o nos dejen como estamos:
- "El que pretende que la religión se
debe encontrar en la iglesia, puede abstenerse de ir a la iglesia". (John H. Newman).
- "Mi conclusión fue muy negativa. Se
utilizaba la religión como escudo para medrar tanto política como socialmente.
Desde entonces soy católica oficial, aunque arreglo directamente mis asuntos
directamente con Dios, sin intermediarios". (Mª Teresa Álvarez).
- "Si tu valor reniega de ti, supera tu
valor". (Emily Dickinson).
- "Las opiniones no se deben combatir
sino por medio del raciocinio. A las ideas no se las fusila". (Antoine Rivarol).
- "Todos los cementerios están llenos de
gente que se consideraba imprescindible".
(Georges Clemenceau).
- "La prueba de una inteligencia de
primera categoría es la capacidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al
mismo tiempo, y todavía conservar la capacidad de funcionar". (F. Scott Fitzgerald).
- "La religión es un asunto demasiado
importante a los ojos de sus devotos para que pueda ser ridiculizada. Si éstos
se entregaran a cosas absurdas, se les deberá compadecer, pero no
ridiculizarlos". (Inmanuel Kant).
- "Gracias a Dios, todavía soy
ateo". (Luis Buñuel).
Amén.
Besos
y abrazos,
Don.
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