domingo, 8 de enero de 2017

Matutino en silencio

¡Buenos días!

No puede ser, no me lo creo, pues siempre me dicen algo -aunque no oiga voces en mi cabeza-, cuando no desatan su verborrea, respondiendo a mis requerimientos, aunque nada que me sea revelado por ciencia infusa, pues quien por aquí se pasa ya sabe que todo lo que pongo en estos matutinos me sale de las mismísimas neuronas. Si acaso, se me rebelan un poco, me lo ponen difícil, pues no siempre doy con las palabras adecuadas que quisiera plasmar, dudando que poner o dejar, aunque sin saber muy bien el qué. Así que aquí queda éste de hoy, sin más espurias entelequias. Bueno, algo más, de la cosa meteorológica, soleado y sereno día de invierno, que todo me lo dice en su callada quietud, incluso la de esas ateridas ramas cárdenas por las albas escarchas del alba.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Silencio" ("Silence"), de Martin Scorsese, y con Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson, Yosuke Kubozuka, Issei Ogata, Tadanobu Asano, y Shin'ya Tsukamoto. Está basado en la novela "Silencio" ("Chinmoku") de Shusaku Endo. De Scorsese he visto casi todos sus largos de ficción, y en concreto todos los de este siglo XXI: "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall Street", 2013), "La invención de Hugo" ("Hugo", 2011), "Shutter island" (2010), "Infiltrados" ("The departed", 2006), "El aviador" ("The aviator", 2004), y "Gangs of New York" (2002). De todas, mis tres preferidas han sido "El lobo de Wall Street" ("The woolf of Wall Street", 2013), "La edad de la inocencia" ("The age of innocence", 1993) y "Uno de los nuestros" ("Goodfellas", 1990).

En el s.XVII dos jóvenes misioneros jesuitas portugueses viajan a Japón en busca de su desaparecido maestro y mentor, de donde han llegado confusas noticias de que ha apostatado y ha dejado de ejercer su ministerio. Cuando llegan allí descubren que son los únicos sacerdotes del país, y los pocos cristianos que quedan, gente del más mísero estrato social, viven su fe en la clandestinidad, jugándose la vida, hostigados por los señores feudales, decididos a erradicar de su tierra la religión cristiana, a base de persecución implacable y horrorosas torturas hasta la muerte para hacerles renegar de su fe.

Una estupenda película (nota: 8), sobria casi como unos ejercicios espirituales, aunque de espléndida factura técnica (fotografía y demás), esta profunda reflexión sobre la religión, la fe y sus dudas, la presunta debilidad o fortaleza de los hombres, que nunca se sabrá cuál es cual, a través del viaje físico y espiritual de sus protagonistas, en su místico y evangélico vía crucis, especie de continua cuesta abajo muy resbaladiza hasta el mismo cenagoso infierno, en el que se enfrentan a sí mismos como en un espejo que les devuelve su propia imagen. Aberraciones hechas en nombre de la fe que los orgullosos misioneros sufren en cuerpo y alma.

¿Son más importantes los símbolos de la fe (estampitas, iconos, templos y sus gerentes, y demás) que la misma fe?, ¿está justificado el sufrimiento humano para imponer la fe? -esa misma que predica el no matarás y demás-, ¿realmente se pueden cambiar a la fuerza las ideas arraigadas de la gente?, ¿Dios nos envía señales o nos habla, hace algo para evitar nuestro sufrimiento, o incluso existe, o no son más que perturbados delirios de mentes irracionales?... (Silencio)... (Silencio)... (Silencio)...

Como no recibo respuesta de quién sabe quién, paso a unas citas de sabiduría ajena, que tal vez nos aclaren algo, o nos dejen como estamos:

 - "El que pretende que la religión se debe encontrar en la iglesia, puede abstenerse de ir a la iglesia".  (John H. Newman).

 - "Mi conclusión fue muy negativa. Se utilizaba la religión como escudo para medrar tanto política como socialmente. Desde entonces soy católica oficial, aunque arreglo directamente mis asuntos directamente con Dios, sin intermediarios".  (Mª Teresa Álvarez).

 - "Si tu valor reniega de ti, supera tu valor".  (Emily Dickinson).

 - "Las opiniones no se deben combatir sino por medio del raciocinio. A las ideas no se las fusila".  (Antoine Rivarol).

 - "Todos los cementerios están llenos de gente que se consideraba imprescindible".  (Georges Clemenceau).

 - "La prueba de una inteligencia de primera categoría es la capacidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo, y todavía conservar la capacidad de funcionar".  (F. Scott Fitzgerald).

 - "La religión es un asunto demasiado importante a los ojos de sus devotos para que pueda ser ridiculizada. Si éstos se entregaran a cosas absurdas, se les deberá compadecer, pero no ridiculizarlos".  (Inmanuel Kant).

 - "Gracias a Dios, todavía soy ateo".  (Luis Buñuel).

Amén.

Besos y abrazos,

Don.
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