¡Buenos
días!
El
sueño, mis sueños, qué se yo, me birlaron las horas mañaneras, me quedé sin
ellas, y no me quedó otra que buscarme la vida, y encontré, tarde, aunque la
dicha fue buena, un vespertino que ahí os dejo para que lo gastéis como mejor
os parezca. La mañana, nublada; la tarde, soleada, de invierno cada vez más
suave, en un día de esos que nos roban cualquier pesar que pudiera acaecernos,
y de los que tomamos prestado, con o sin su permiso, la ilusión por resurgir
con nuevos bríos desde donde sea, buscándonos la vida.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Comanchería"
("Hell or high water"), de David Mackenzie, y con Jeff Bridges, Chris
Pine, Ben Foster, y Gil Birmingham. Había visto uno de los largos de este
director escocés, su anterior, "Convicto" ("Starred up", 2013).
Dos
hermanos, uno divorciado y con dos hijos que quiere lo mejor para su familia, y
el otro, un bala perdida que acaba de salir de la cárcel tras varios años allí,
organizan una serie de pequeños y rápidos atracos a sucursales del mismo banco,
antes de que venza en unos pocos días la hipoteca impagada que la madre de
ellos, recientemente fallecida, tenía con ese banco, y así evitar el desahucio
de la finca familiar. Un par de Rangers de Texas, uno de ellos a punto de
jubilarse, inician la caza de los atracadores.
Una
muy buena película (nota: 7), de excelentísimo guión, ésta muy peculiar
historia de ladrones y polis, de atracos con cierta justicia social y
reminiscencias de generoso Robin Hood (en el reparto a la propia familia
ultrajada por el sistema bancario y en el respeto a los humildes empleados
bancarios), con una mirada muy particular de aires fatalistas, especie de
western crepuscular, pero en el que casi no acaba de ponerse el sol, algo de
thriller y cine negro, e infiltrado de muy buen humor, negro también y muy
mordaz, además de buddy movie por partida doble, por sus dos parejas
antagónicas, o no tanto, en la frontera, no sólo del lejano oeste de antaño,
sino de la moralidad de nuestra sociedad, de nosotros mismos incluso, donde
casi nada, o nada, es absolutamente blanco o negro.
Pero
además de hablarnos de atracadores y sus perseguidores en un entorno deprimido
de polvorienta miseria, buena parte debida a la crisis económica perpetrada por
la voracidad especulativa de los bancos y sus secuaces, donde estos, a pesar de
ser aquí los atracados, son los auténticos malos del film, nos habla de
amistad, hermandad, familia... y de incruenta venganza redentora, salvo por la
sangre colateral, tanto como la sangría financiera que el perverso sistema
ultracapitalista provocó a los más pobres, sumiéndolos aún más en la penuria,
parece que sin remordimientos por su parte.
Ahora
algo de sabiduría ajena, de la que he ido cogiendo por aquí y por allá, y que
os regalo generosamente:
- "Un banco es un lugar en el que le
prestan a usted un paraguas cuando hace buen tiempo y se lo piden cuando
empieza a llover". (Robert L.
Frost).
- "En el origen de todas las fortunas hay
cosas que hacen temblar". (Louis
Bourdaloue).
- "Hay tan pocas grandes fortunas libres
de culpa, que yo perdono a vuestros padres el que no os hayan dejado
ninguna". (Marquesa de Lambert).
- "La pobreza ya no será sediciosa cuando
la riqueza no sea opresiva".
(Napoleón III).
Besos
y abrazos,
Don.
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