lunes, 23 de enero de 2017

Jocoso álter ego matutino, espero que jocundo

¡Buenos días!

No solo lo espero, sino que además estoy convencido de ello, pues estos matutinos, con sus eventuales gracias, me hacen la vida más amena y placentera, sin que ellos tampoco deban esforzarse mucho, pues su natural carisma ya hace casi toda la labor. Esta mañana, como las anteriores, se nos ha despertado soleada, sin demasiados fríos, ni madrugadoras heladas, así que parece invitarnos a disfrutar de todos esos pequeños placeres que la vida nos pueda proporcionar, para hacernos sentir mejor, y después poder realizar lo que nos propongamos con el mejor y más benevolente de los desempeños, lejos de eventuales sensaciones de sinsentido vital.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Toni Erdmann", de Maren Ade, y con Peter Simonischek y Sandra Hüller. Es el tercer largo, multipremiado, y primero suyo que veo, de esta directora alemana.

Un hombre bromista acude a la fiesta de cumpleaños de su hija, con la que hace tiempo no habla, estirada ejecutiva de una gran empresa consultora alemana destinada en Bucarest, celosa en su desempeño laboral, sin apenas vida personal, y que está de fugaz visita en casa de su madre. El perspicaz padre percibe que su hija no debe ser muy feliz en su vida, y al poco se presenta de improviso en su trabajo en el extranjero para comprobarlo, lo que provoca la incomodidad de ella, así que decide quedarse algo más de tiempo, se disfraza con una peluca y una dentadura postiza, creando su álter ego, un imprevisible personaje, Toni Erdmann, persiguiéndola en todo lugar y momento para tratar de que sea feliz, lo que la compromete todavía más ante los demás por las surrealistas situaciones que provoca.

Una sobresaliente película (nota: 9) que os recomiendo, esta apenas comedia, de humor esquinado, de esas que te producen una risa entre agria y amarga congelada a poco de esbozarse, con las extravagantes e incómodas situaciones que provoca el jocoso padre empeñado y desesperado en hacer ver a su hija la vida y sus desatinos desde otra perspectiva, casi por reducción al jocoso absurdo, y de lo necesario del buen humor para una vida mejor. También va de desnudarnos, no solo en cuerpo y alma, de desvestirnos de convencionalismos e hipocresías para una vida más verdadera y auténtica.

Profunda historia, que nos descoloca con su burlesca y seca causticidad, que da mucho que pensar, amén de amagarme amargas sonrisas algunas veces y emocionarme incluso en una escena. Además del particular desencuentro entre padre e hija, parece hablarnos de todo un país, Alemania, incluso de toda Europa, del desencuentro entre instituciones y sus ciudadanos, en una deriva de ultracapitalismo que se olvida del humanismo, de los hombres a los que en teoría debería de servir para mejor vivir. También crítica del sexismo en el mundo empresarial. Destacaría dos escenas situadas hacia el final, casi seguidas: la de la canción tocada al piano por el padre y cantada por la hija, emocionantísima, y la de la improvisada e inesperada fiesta nudista, especie de prueba de autenticidad casi sin quererlo.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que, con más o menos gracia, seguro que nos ayudan a ver la vida de otro modo, comenzando por una de la directora del film hoy glosado:

 - "Es doloroso descubrir que ya no controlas lo que te rodea. Ni siquiera a tu propia hija. Por eso, la mejor manera de afrontar los conflictos es actuando de forma diferente a la habitual".  (Maren Ade).

 - "Los padres, para ser felices, tienen que dar. Dar siempre, esto es lo que hace un padre".  (Honoré de Balzac).

 - "Es posible que me hubiera aniquilado la tristeza, si no me reanimase la facilidad que tenía para descubrir la parte cómica de las cosas".  (Anatole France).

 - "El buen humor es el mejor traje que puede lucirse en sociedad".  (William M. Thackeray).

 - "Desnudo nací, desnudo me hallo; ni pierdo ni gano".  (Refrán).

Besos y abrazos,

Don.
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