jueves, 26 de enero de 2017

Luz que me guía entre cada matutino

¡Buenos días!

Supongo que será la que emite cada uno de ellos, que me ilumina el resto del camino hasta llegar al siguiente, para hacerme sentir a salvo de eventuales naufragios. La del sol, sin embargo, parece velarse conforme avanza la mañana por unas cada vez más tupidas nubes, que incluso amenazan con lluvia, si hacemos caso a los pronósticos meteorológicos para hoy, que la anuncian con certeza para esta noche.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La luz entre los océanos" ("The light between oceans"), de Derek Cianfrance, basada en la novela homónima de M. L. Stedman, y con Michael Fassbender, Alicia Vikander, y Rachel Weisz. Es el cuarto largo de este director, y tercero suyo que veo tras "Cruce de caminos" ("The place beyond the pines", 2012), y "Blue Valentine" (2010).

Al poco de terminar la I Guerra Mundial, un soldado australiano regresa a su país ileso tras haber combatido en las trincheras de Europa. Solicita empleo como farero en una remota isla desierta en el occidente australiano, y es contratado. Necesita de la soledad para restañar las heridas de su alma. En una visita a la más cercana localidad, conoce a una hermosa joven, se enamoran, se casan y se van a vivir al faro. Tras dos abortos naturales, pocos días después del segundo, aparece una pequeña barca a la deriva con un hombre muerto y una bebé llorando. Ella le pide a su marido que no notifique el hallazgo y quedarse con la bebé y cuidarla como su hija. Todo se complicará pocos años después cuando sepan que la madre biológica del bebé, y esposa del fallecido, está viva.

Una buena película en general (nota: 6), con sus más y sus menos, que se ve con agrado, este drama romántico de evocadores paisajes y fotografía excelente, más bien melodramón que coquetea con el folletín, y sin excesivas honduras, que le hubieran venido muy bien en ese melancólico entorno marinero. Historia de amor marcada por las fatalidades del destino, también de encrucijadas morales, desgarro emocional, remordimiento, perdón y redención. Este director parece que poco a poco va perdiendo fuelle, pues las tres películas vistas de él me han ido gustando cada vez menos, sin llegar todavía al suspenso.

Ahora unas citas de sabiduría ajena que espero alumbren con bien nuestro devenir:

 - "Dar la felicidad y hacer el bien, he ahí nuestra ley, nuestra ancla de salvación, nuestro faro, nuestra razón de ser".  (Henri Frédéric Amiel).

 - "¿Hay un precepto que pueda guiar la acción de toda una vida? Amar".  (Confucio).

 - "La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?".  (Percy B. Shelley).

Besos y abrazos,

Don.
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