¡Buenos
días!
Gratos
recuerdos, entre la realidad pasada y la ensoñación, vuelven a mi mente cuando
rememoro cualquiera de estos fantásticos matutinos, que tanto bien me hacen,
pues me sirven para seguir adelante cualesquiera que sean las cuitas que
pudieran afectarme; perfecto apoyo emocional. Días lluviosos, con algunos
claros entremedias, estos primeros de la Semana Santa, ya en la real primavera
pero con remembranzas de idílico otoño, que ya no volverá a ser (hasta que de
nuevo le toque).
Este
fin de semana estuve en el cine viendo una exquisita película de animación del
"Studio Ghibli", que desde ya mismo os recomiendo muy encarecidamente
que vayáis a ver. Se trató de "El recuerdo de Marnie"
("Omoide no Mânî"), de Hiromasa Yonebayashi, que estuvo nominada a
los premios Óscar que se celebraron hace unas pocas semanas, y que adapta la
novela "When Marnie was there" de Joan G. Robinson. Es el segundo
largo de este director japonés, dignísimo sucesor del maestro Hayao Miyazaki,
tras su debut con "Arrietty y el mundo de los diminutos" ("Karigurashi
no Arietty", 2010), otra exquisitez fílmica que tampoco os deberíais
perder.
Una
chica preadolescente, solitaria e introvertida, apesadumbrada por su situación,
que vive con sus padres adoptivos, es enviada durante un verano junto a unos
familiares que viven en el campo, cerca de unas marismas, puesto que padece
asma y tal vez el aire puro mejore su enfermedad. Una vez allí queda fascinada
por una vieja mansión cercana que tiempo atrás habitó una familia extranjera.
Allí conocerá a Marnie, una chica de su edad con quien entablará una íntima
amistad.
Una
deliciosa película de animación (nota: 9), otra más del
estudio Ghibli, una historia entre lo onírico, la fantasía y la realidad, y sus
muy difusas fronteras, de recuerdos impregnados de todo lo anterior, de
exquisitas belleza y ternura, a la par que de sutileza, llena de misterio y de
melancólica poesía. Por cierto, no salgáis de la sala en cuanto empiecen los
títulos de crédito del final, que hay más, especialmente una preciosa canción,
"Fine on the outside", de Priscilla Ahn, que mucho dice de las íntimas
tribulaciones de nuestra protagonista, cuyos difusos recuerdos y ensoñaciones
sobre Marnie le dan sobrados motivos para no rendirse a sus pesadumbres. No os
la perdáis.
Y ahora,
en la sección de sabiduría ajena, os pongo la letra (traducida) de esa canción
que suena durante los créditos finales, y que podréis oír si pincháis en el
anterior hipervínculo, pues define a la perfección de lo que nos habla en
esencia esta historia:
- "Nunca tuve muchos amigos mientras
crecía
Así
que aprendí a estar bien sólo conmigo
Sólo
yo, sólo yo, sólo yo
Y
voy a estar bien en el exterior
Me
gusta comer en la escuela sola de todos modos
Así
que me voy a quedar aquí
Justo
aquí, justo aquí, justo aquí
Y
voy a estar bien en el exterior
Así
que me siento en mi habitación tras horas en la luna
Y
pienso en quien me conoce
¿Llorarías
si me muero?
¿Recordarías
mi rostro?
Así
que salí de casa, hice las maletas y me fui lejos
de
mi pasado, un día, y me río
Me
río, me río, me río, me suena bien en el exterior
Ja,
ja, ja
A
veces me siento perdida, a veces estoy confundida
A
veces me parece que no estoy bien
Y
lloro, y lloro, y lloro
Ja,
ja, ja
Así
que me siento en mi habitación tras horas en la luna
Y
pienso en quien me conoce
¿Llorarías
si me muero?
¿Recordarías
mi rostro?". (Priscilla Ahn).
Besos
y abrazos,
Don.
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2 comentarios:
Entrañable película.Hermosa canción. Me gustó mucho tu comentario. Para cuando lo leí ya había visto la película, pero dijiste todo lo que mi corazón ya sabía. Gracias!!
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