domingo, 13 de octubre de 2013

Vespertino aprisionamiento justiciero

¡Buenas tardes!

Tras las turbias neblinas mañaneras, más o menos tras el mediodía se nos ha iluminado el cielo de un gratificante sol, emborronado por algunas nubes, que invita al paseo vespertino, ya sabéis el refrán, "mañanitas de niebla, tardes de paseo". Pero antes de liberarme paseando me aprisiono, con mi propio consentimiento, en este mundo matutino, hoy vespertino, cosas del fin de semana y sus trasnochadas, para narraros la justicia poética que a veces creo que encierran, como la de mis bien amadas hadas y ninfas, que siempre me liberan de cualquier malestar que pudiera acaecerme.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una espléndida, y dura película, que os recomiendo si no vais solo al cine a pasar un buen rato. Se trató de "Prisioneros" ("Prisoners"), de Denis Villeneuve, y con Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Viola Davis, María Bello, Terrence Howard, Melissa Leo, y Paul Dano. De este director canadiense había visto hasta ahora su anterior film, "Incencies" (2010), imprescindible, otro portento de película, también durísima y recomendabilísima, y algo mejor para mí que la que voy a glosar hoy.

En el Día de Acción de Gracias dos familias vecinas se reúnen en casa de una de ellas para celebrarlo. Las niñas pequeñas de ambos matrimonios salen a jugar a la calle y desaparecen. Lo denuncian a la policía, y el detective encargado del caso detiene a un posible sospechoso que es liberado enseguida por falta de pruebas, mientras prosigue con su metódica investigación. Ante la aparente inoperancia policial, uno de los padres, un hombre religioso, acostumbrado a solucionar sus propios problemas, seguro de sí mismo, y que se cree que puede defender a su familia ante cualquier contratiempo, se autoconvencerá de que tiene la verdad de su parte y se tomará la justicia por su mano.

Sobresaliente película, absorbente thriller, pleno de intriga, suspense, tensión, y algunas sorpresas; y también oscuro, turbio, ambiguo, una historia sin buenos ni malos, con violencia, sobre los acallados, casi nada más nacer, dilemas morales de los verdugos que justifican sus malas acciones en nombre de Dios o de cualquier otro "alto" valor moral, con el consecuente alivio para sus conciencias (una forma como otra cualquiera de ceguera). Historia de un hombre, de una familia, que en realidad se refieren, soterradamente, a la de todo un país, Estados Unidos, y a hechos recientes tan inmorales e innombrables como el de Guantánamo, aberrante situación de la que parece una sutil, a la par que demoledora, crítica.

Ahora algo de sabiduría ajena, que justo libera nuestras mentes:

 - "Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella".  (Aristóteles).

 - "Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto".  (Sir Francis Bacon).

 - "La religión está en el corazón, no en las rodillas".  (Douglas Williams Jerrold).

 - "Los espíritus ciegos son propensos a creer que la justicia y la misericordia son enemigas; sin embargo, las almas inteligentes saben con certidumbre que son amigas, y las iluminadas saben que están perfectamente unidas".  (Ernesto Hello).

 - "Cuando era niño, me contaron que si eres fuerte debes ser justo y bueno, pero en Estados Unidos no es así, aunque tampoco es peor que las demás naciones. La gente es la misma en todos los lados y Bush no creo que sea mejor que los demonios de los que habla".  (Lars von Trier).

 - "Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón".  (Santiago Rusiñol).

 - "Ningún vencido tiene justicia si lo ha de juzgar su vencedor".  (Quevedo).

 - "Los hombres no son prisioneros del destino, sino prisioneros de su propia mente".  (Franklin D. Roosevelt).

 - "Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro límite, nuestros confines, nuestra prisión".  (Ortega y Gasset).

 - "Fue en aquellos largos y solitarios años donde mi hambre por la libertad de mi propio pueblo se convirtió en hambre por la libertad de todos, blancos y negros. Yo sabía que el opresor tiene que ser liberado de la misma manera que el oprimido. Un hombre que restringe de esa forma la libertad de otro ser humano es un prisionero del odio, el prejuicio y la estrechez mental. Tanto el opresor como el oprimido ven robada su humanidad".  (Nelson Mandela).

Besos y abrazos,

Don.
_____

No hay comentarios: