lunes, 14 de octubre de 2013

Juguetón matutino nada endogámico

¡Buenos días!

Otra mañanita más de dulce y suave otoño (máximas de veintipocos grados centígrados), que se reproduce a sí misma día tras día desde el pasado equinoccio, con lo que no genera la esperada y necesaria variabilidad propia de esta estación, pues todavía no hemos visto tristonas lluvias, ventoleras ni arremolinamiento de hojas ocres tiradas por el suelo. Da igual, como niño que soy todavía por algunos recodos de mi mente, disfruto juguetón con cada momento que se me presenta, curándome así de casi cualquier eventual mal que pudiera acaecerme.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "El médico alemán. Wakolda", de Lucía Puenzo, y con Álex Brendemühl, Diego Peretti, Natalia Oreiro, y Florencia Bado (cautivadora niña). Es el tercer largo de esta directora, también escritora y guionista, tras "XXY" (2007), y "El niño pez" (2009).

En 1960, en una desolada zona de la Patagonia, un médico alemán conoce a una familia argentina (matrimonio, tres hijos y otro en camino) en ruta hacia Bariloche, y se suma a ellos, en caravana, a través del desierto. En el destino, la familia se queda poco antes de llegar a la ciudad para hacerse cargo de una hostería familiar, y a los pocos días vuelve el médico y se aloja como primer cliente del negocio recién reabierto. El médico tiene fijación con la hija mediana, quien parece haber crecido menos de lo esperado para sus 12 años de edad. Sin embargo, a pesar del recelo del marido, va seduciendo a la familia mientras practica sus obsesiones por la pureza y la perfección ... hasta que se descubre que es uno de los mayores criminales de la historia, el doctor Mengele.

Una buena película, una historia perturbadora y morbosa, tanto como las otras dos de Lucía Puenzo (la que más me gustó de las tres fue su primera, "XXY"). Una crítica a esas perfeccionistas tendencias unificadoras que no ven que lo que nos hace únicos son nuestros pequeños (o grandes) defectos en relación a los demás, y viceversa, que aunque nos creamos mejores que otros no necesariamente lo somos, y si así fuera, lo seríamos tan sólo en algunos aspectos, que no en todos, lo que es imposible, pues siempre habrá alguien mejor que nosotros en algo concreto. Y lo que consideramos mejor, lo es en ciertas situaciones, que en otras distintas, lo peor pasaría a ser lo mejor, y la evolución de la vida en este planeta así lo atestigua.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude a que prolifere la variedad de nuestros pensamientos, y a no endiosarnos tanto:

- "La vida orgánica ha ido evolucionando gradualmente del protozoo al filósofo y esta evolución nos aseguran que representa un tremendo progreso. Desgraciadamente quien lo asegura es el filósofo, no el protozoo".  (Bertrand Russell).

- "Debido a que prestamos demasiada atención a los defectos de los demás, morimos sin haber tenido tiempo de conocer los nuestros".  (Jean de la Bruyère).

- "Me moriré de viejo y no acabaré de entender al animal que llaman hombre; cada individuo es una variedad dentro de su especie".  (Miguel de Cervantes).

- "La unidad es la variedad, y la variedad en la unidad es la ley suprema del universo".  (Isaac Newton).

- "Gracias quiero dar al divino laberinto de los efectos y de las causas por la diversidad de las criaturas que forman este singular universo".  (Jorge Luis Borges).

Besos y abrazos,

Don.
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