jueves, 10 de octubre de 2013

Matutinos que no se casan con nadie

¡Buenos días!

Pues eso creo, que ellos, contra viento y marea, mantienen su propia línea sin que parezcan afectarle juicios ajenos. Aunque ya sabéis que yo sí que estoy casado, también con ellos y con todo lo que destilan, compartiendo ideario vital, como debe ser, al más puro estilo de bienes gananciales. El que tampoco parece querer casarse con nadie, ni siquiera conmigo a pesar de mis deseos, es este otoño especialmente suave que parece negarse a ir por donde los demás creemos que debe, a saber, por las nubes grises, con algo de sol, por las lluvias, por el viento que arremolina hojas caídas tras haber fomentado la calvicie arbórea, y por las más frescas temperaturas, algo por debajo de los 14ºC (hoy 24ºC de máxima prevista). Ya nos reconciliaremos. Queda poco.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo un film argentino. Se trató de "Mi primera boda" de Ariel Winograd, y con Daniel Hendler y Natalia Oreiro (guapísima). Es el primer largo que veo de este director.

Una pareja de novios va a casarse. La boda va a comenzar pero desde el mismo principio todo empieza a volverse del revés. El novio pierde los anillos y se lo oculta a ella. Para tratar de recuperarlos va complicando más la cosa, hasta el punto de llegar a poner en riesgo la ceremonia, e incluso su propio futuro como pareja estable. A todo este caos se suman los impresentables amigotes, invitados que no deberían de haber venido (antiguos amores de ambos) y ambas familias, radicalmente opuestas, empezando porque una es judía y la otra católica.

Una película regularcilla, una comedia romántica que me pareció fallida pues aunque algunos de sus mimbres sí que eran buenos, como cierto punto de vista cínico y socarrón sobre las bodas, la pareja, el amor, la religión, y la vida en general, me parecieron mal conjuntados o que el tempo no era adecuado. Una historia de enredos y encontronazos familiares (y con amigos y pasados amores) en medio de una caótica boda. Se deja ver y algo me reí. A destacar la presencia, como rabino y cura oficiantes de la ceremonia (Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock, respectivamente), los dos más histriónicos y relevantes integrantes del genial y magistral grupo cómico-musical argentino "Les Luthiers".

Pues para ayudarnos a no casarnos con nadie, lo que es muy bueno desde el plano intelectual para así mantener nuestra individualidad y poder agregarla a otra amada si eso nos place mutuamente, nada como algo de sabiduría ajena, comenzando por dos citas que se dicen en el film (también hay más que no recuerdo, pero os pongo otras en relación al tema):

- "Si te casas lo lamentarás. Si no te casas, también lo lamentarás".  (Sören A. Kierkegaard).

- "El matrimonio es como una jaula; uno ve a los pájaros desesperados por entrar, y a los que están dentro igualmente desesperados por salir".  (Montaigne).

- "El que se casa por todo pasa".  (refrán).

- "Ten tus ojos muy abiertos antes del matrimonio, y medio cerrados después de él".  (Benjamín Franklin).

- "¿Por qué nos alegramos en las bodas y lloramos en los funerales? Porque no somos la persona involucrada".  (Mark Twain).

- "Cuando dos personas están bajo la influencia de la más violenta, la más insana, la más ilusoria y la más fugaz de las pasiones, se les pide que juren que seguirán continuamente en esa condición excitada, anormal y agotadora hasta que la muerte los separe".  (George Bernard Shaw).

- "Si realmente el noviazgo es el período más bello de todos, ¿por qué se casan las personas?".  (Sören A. Kierkegaard).

- "Indudablemente la época más feliz del matrimonio es la luna de miel; lo malo es que para repetirla, han de suceder cosas muy desagradables".  (Noel Clarasó).

- "El matrimonio es una gran institución. Por supuesto, si te gusta vivir en una institución".  (Groucho Marx).

Besos y abrazos,

Don.
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