lunes, 28 de octubre de 2013

Adelante la vida de los matutinos

¡Buenos días!

No hay la más mínima duda de que estos matutinos siempre miran adelante, siguiendo su natural curso. Como así también hace este esplendoroso otoño, sea con tristonas jornadas de llorosas lluvias, sea con el arrebatador vitalismo de estos soleados días que volvemos a tener últimamente. Los ciclos de la vida, que no siempre entendemos, pero que hay que asimilar para ir forjándonos a nosotros mismos, nuestra propia identidad.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "La vida de Adèle" ("La vie d'Adèle. Chapitre 1 & 2"), de Abdellatif Kechiche, y con Adèle Exarchopoulos (impresionante actuación) y Léa Seydoux. Está basada en el cómic "El azul es un color cálido" ("Le bleu est une couleur chaude"), de Julie Maroh. Es el cuarto largo de este director, con el que ganó la Palma de Oro de Cannes de este año, y de quien había visto su anterior película, espléndida también, "Cuscús" ("Le graine et le mulet", 2007).

Una quinceañera vive su despreocupada vida, leyendo, mirando a los chicos guapos y siendo mirada por ellos, teniendo sus primeros escarceos amorosos, hasta que un día ve paseando por la calle a una pareja de chicas abrazadas, y cuando cruzan sus miradas siente un flechazo instantáneo por una de ellas, cuyo pelo está teñido de azul. A partir de ahí su vida cambia, viviendo en la duda, confundida, sobre su identidad y sentimientos. Al poco, ambas inician un apasionado romance. Veremos su evolución vital durante varios años y de como Adèle irá madurando a través de sus vicisitudes amorosas, siempre sintiendo la mirada inquisidora de quienes la rodean.

Una estupenda película de tres horas (quizás le sobraría para mí una, que con dos hubiera estado más que suficiente), un drama romántico que nos retrata el exquisito placer de una tórrida relación amorosa (la cuestión lésbica es lo de menos), su cotidianidad, el despertar sexual de una joven y de su paso a la madurez emocional. De un naturalismo descarnado y desarmante, con sus muy largas, crudas y explícitas escenas de sexo, rayano en lo X, nos muestra este amor de pareja, y más ... como la dura desolación y tristeza de la desgarrada desintoxicación de toda relación rota en la que la dependencia de uno hacia el otro era mayor de lo razonable.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a seguir adelante:

- "Debes mirar a lo alto para ver cuantos peldaños te faltan para conquistar la mejora que te está reservada, y debes mirar hacia abajo para que, satisfecho, veas también cuanto más te viste beneficiado por los demás".  (Friedrich Ruckert).

 - "Y nunca a los amantes aconsejes
cuando tienen por gloria sus cuidados;
que es como quien predice a los herejes,
en sus vanos errores obstinados.
Por eso juzgo y discierno
por cosa cierta y notoria,
que tiene el amor su gloria
a las puertas del infierno".  (Miguel de Cervantes).

- "Tenía oído que algunos decían que el amor era todo regocijo, alegría y contento, mas, aquella noche, sentada en la playa, hubiera querido yo tener ante mí a aquellos sabios parlanchines para hacerles sentir con el filo de mi espada el regocijo, la alegría y el contento que ocasionaba el terrible dolor del amor. Era peor que una enfermedad, me decía atormentada, peor que una llaga corrompida. Era como beber ponzoña y tragar agujas. ¡Y todo por aquel rufián maleador cuyos rubios cabellos sólo podían tener competencia con los del sol!".  (Matilde Asensi).

- "El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta".  (Jacinto Benavente).

- "En amor todo ha terminado desde el día en que uno de los dos amantes piensa que sería posible una ruptura".  (Paul Bourget).

Besos y abrazos,

Don.
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