¡Buenos días!
El verano lleva un par de días, ¡y lo que le queda!, un tanto asalvajado, después de habernos embelesado con su cultivada suavidad en la gran mayoría de sus días anteriores, haciéndonos ahora sudar la gota gorda cual esforzados obreros, como en la recién pasada noche, rayana en lo ecuatorial (24ºC al amanecer por los madriles), y como en el sofocante día que nos espera con sus 39ºC de máxima prevista. Filosófica resignación para tratar de sobrellevarlo, no queda otra. Mientras voy escribiendo estas líneas trato de domesticar las pasiones matutinas que bullen por mis entendederas, cosa nada sencilla, no puedo, así que tecla a tecla las voy dejando fluir a su aire tratando de disfrutar del trance.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Simple como Sylvain" ("Simple comme Sylvain", 2023), de Monia Chokri, y con Magalie Lépine Blondeau, Pierre-Yves Cardinal, Francis-William Rhéaume, Steve Laplante, y la propia Monia Chokri. Es el primer largo que veo de los de esta directora canadiense, también guionista y actriz.
Una mujer, Sophia, recién estrenada la cuarentena, profesora universitaria de filosofía en Montreal, lleva conviviendo con su pareja desde hace diez años. No tienen hijos. Su círculo de amigos, como ellos mismos, son gente muy cultivada, aunque un tanto engolada. La pareja acaba de comprarse una casa campestre de vacaciones que necesita de reformas. Él no puede, así que ella va un fin de semana allí a contactar con Sylvain, el obrero local que contrataron para los trabajos de reparación. Arrebatada pasión mutua al instante que acaba en tórrido encuentro sexual. Se siguen viendo a escondidas en días posteriores, hasta que ella decide romper con su pareja y vivir sin ataduras su ardoroso arrebato con Sylvain, un tipo sencillo, un tipazo, en las antípodas de su mundillo intelectualoide.
Muy buena película (nota: 7) esta comedia romántica un tanto diferente al común, muy divertida por momentos, con otros muy sensuales (mucho hace la belleza de sus dos protagonistas, ella por lo que a mí respecta, y con mucha química... hormonal, entre ambos), y que con cierto poso agridulce y algo sarcástico nos habla del amor y del deseo, de su conjunción o no, según cada cual opine, sea filósofo reputado o lego ciudadano de a pie, y de reflexionar teóricamente sobre ello (en las filosóficas clases de la profesora, por ejemplo, o en sus maritales conversaciones de alcoba) o practicar esto a pie de campo echándose una canita al aire.
Bueno, para tratar de que no se me asilvestre en demasía este matutino, cosa nada sencilla, trataré de cultivarle con estas citas de sabiduría ajena, hoy plenamente filosóficas:
- "El amor platónico es como un revolver que manejamos sin darnos cuenta de que, como está cargado, en cualquier momento puede dispararse". (William Somerset Maugham).
- "Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta". (Platón).
- "El hombre es un auriga que conduce un carro tirado por dos briosos caballos: el placer y el deber. El arte del auriga consiste en templar la fogosidad del corcel negro (placer) y acompasarlo con el blanco (deber) para correr sin perder el equilibrio". (Platón).
- "El deseo es la verdadera esencia del hombre". (Baruch Spinoza).
- "Solo una salvaje y triste superstición puede prohibir disfrutar de los placeres [...] El sabio debe disfrutar de las cosas en la medida de lo posible; pero con moderación, para que no provoquen hastío". (Baruch Spinoza).
- "Para conocer el amor tenemos que decirnos la verdad a nosotros mismos y a los demás. Crear un falso yo para enmascarar miedos e inseguridades se ha vuelto tan común que muchos de nosotros olvidamos quiénes somos y qué sentimos debajo de ese pretexto. Superar esto es siempre el primer paso para desvelar nuestros deseos con meridiana honestidad". (Gloria Jean Watkins - bell hooks).
Besos y abrazos,
Don.
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