¡Buenos días!
Aunque hoy parece que el torridísimo verano aflojó la correa de nuestros cuellos, tras los cuarenta de este fin de semana, sigue tan desapacible como desde hace ya muchos días, y no apetece gran cosa salir a pasear, ni siquiera de noche. Máxima de 36ºC previstos para hoy por los madriles, con otra sudorosísima noche ecuatorial más, de las que ya perdí la cuenta. A cara de perro me pongo con tanta calorina. Salvo esto, no ha lugar a lo desabrido en los matutinos, en los que me refugio cual si tuvieran el mejor aire acondicionado.
Este fin de semana estuve en el cine viendo "Las jaurías" ("Les meutes", 2023), de Kamal Lazraq, y con Ayoub Elaid, Abdelatif Masstouri, Abdellah Lebkiri y Lahcen Zaimouzen. Es el debut en el largo de su director marroquí.
En una pelea de perros uno de ellos muere. Su apesadumbrado dueño, jefe de una pequeña mafia local de los arrabales de Casablanca, ordena a uno de sus esbirros, un pobre desgraciado que podrá ganarse con ello un buen dinero, que falta le hace, que como venganza secuestre al fornido guardaespaldas del dueño del perro vencedor, otro jefe mafioso rival, pues cree que hizo trampas. Para poder cumplir con la misión del secuestro, el tipo involucra a su joven hijo para que le ayude. Todo parece fácil, pero el secuestrado se les muere sin querer, asfixiado en el maletero del coche, así que sin saber muy bien qué hacer con él, les espera una larga y complicada noche, en la que todo irá de mal en peor, para conseguir deshacerse del cadáver.
Muy buena película (nota: 7), de continua e intensa tensión, mientras seguimos la bastante surrealista peripecia de su par de desgraciados protagonistas, de desastre en desastre, a los que nada les sale bien, y en la que el hijo casi parece más sensato que su atribulado padre. Con alguna pincelada de realismo mágico, tragicómica, mucho humor negro que no hace reír, sino sonreír, pues en las intrigas e intríngulis de sus patosos protagonistas subyace una honda crítica social de la que parece destilarse la moraleja de que de la pobreza y la miseria no se sale así como así, que cual si estuvieran en arenas movedizas los parias lo seguirán siendo hagan lo que hagan por intentar salir de ahí, a pesar de sus denodados esfuerzos. Por esto, es una de cine social, pero emborrachada de los incautos y mentecatos personajes, que van de aquí para allá cual pollos sin cabeza sin saber por dónde les llueven los palos, de una de los hermanos Coen.
Bueno, que este matutino, cual perrillo llamando mi atención, ya me pide unas citas de sabiduría ajena que llevarse a la boca... a sus entendederas, quería decir:
- "Los perros, que se pelean entre ellos, se unen contra los lobos". (Proverbio armenio).
- "No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero honestos". (Bertrand Russell).
- "Amo a los perros porque nunca le hacen sentir a uno que los haya tratado mal". (Otto von Bismarck).
- "Tirarle un hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él". (Jack London).
Besos y abrazos,
Don.
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