lunes, 23 de enero de 2023

Babilónico matutino

¡Buenos días!

No creo yo que este matutino me vaya a quedar más o menos fastuoso que el resto de los que fueron que, en cualquier caso, tengo la sensación de que poco lo son en general, cosa de que soy poco amigo de fastos y demás saraos, menos cuanto más excesivos. Y el invierno parece haber sacado hoy también sus mejores galas y nos regala un gélido amanecer (-1ºC) y promete un soleado día de helador viento norteño bastante desapacible, con una máxima prevista por los madriles de 7ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Babylon" (2022), de Damien Chazelle, y con Margot Robbie, Brad Pitt, Diego Calva, Jean Smart, Jovan Adepo, y Li Jun Li. Es el quinto largo de este director, y tercero suyo que veo tras "La ciudad de las estrellas" ("La la land", 2016) y "Whiplash" (2014).

En 1926 Hollywood y su industria están en sus albores y en proceso de construcción y ampliación (como la misma ciudad de Los Ángeles), y el cine mudo está a punto de ser acallado por el sonoro. Los integrantes de ese mundillo oscilan entre el frenesí y el caos de los rodajes durante el día, y los desenfrenados y desinhibidos excesos orgiásticos en pantagruélicas y delirantes fiestas nocturnas hasta el amanecer. Se entrecruzan diversos personajes, unos plenos de ambiciones que tratan de ascender al estrellato y otros, pagados de sí mismos, en la cima del éxito, y que no son conscientes de que terminarán por caer del pedestal. Un mundo en proceso de transformación.

Buena película en general (nota: 6), entretenida a pesar de sus muchos y pronunciados altibajos disruptivos que casi la descomponen en piezas sueltas de puzle, en la que, salvo excepciones, lo que cuenta no me llamó en exceso, aunque me gustaron el modo en cómo lo cuenta, sin alharacas, y sus maneras formales, de colosal factura que busca epatarnos, quizá desmedidas, y de gran belleza plástica en muchos momentos. Excesiva también en su metraje, al que hubiera dado un buen hachazo para recortarlo y que con ello mejorara en su conjunto, quedando más comedido, o no. Tanto estruendo hace que, cual sordina, las buenas reflexiones que nos pueda provocar puedan quedar en ininteligibles susurros las más de las veces. Historia ambientada durante los últimos años 20 y los primeros 30 del siglo XX que nos muestra la decadencia de un estilo de vida y de un tipo de cine y su manera de enfocarlo, con sus múltiples muñecos rotos que quedaron por el camino, y el surgimiento de manera de hacer cine, con otras reglas, a causa del shock que provocó el sonoro. Al final, una carta de amor al cine, quizá algo encíclica, con homenajes cinéfilos y que en cierto momento discurre por similares derroteros que ese absoluto clásico que es "Cantando bajo la lluvia" ("Singin' in the rain", 1952) de Gene Kelly y Stanley Donen.

Para que nos entendamos, ahora tocan unas citas de sabiduría ajena, que no sé si os sonarán, aunque parecen hablar el mismo idioma:

 - "En Hollywood la sobriedad es el enemigo público número uno".  (Hedda Hopper).

 - "En Hollywood tienen mucho respeto por los muertos y ninguno por los vivos".  (Errol Flynn).

 - "En Hollywood te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma".  (Marilyn Monroe).

 - "Una actriz no es una máquina, pero se la trata como a una máquina. Una máquina de hacer dinero".  (Marilyn Monroe).

Besos y abrazos,

Don.

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