sábado, 25 de junio de 2022

Matutino inasequible al desaliento

¡Buenos días!

Pues sí, tanto él como yo nos apoyamos el uno en el otro para no desfallecer ante los avatares que eventualmente pudieran ir surgiendo ante nosotros, dándonos ánimos cuando el otro parece venirse abajo, y seguir adelante no importa lo que ocurra. Por lo demás, estos días de verano siguen sin ahogarnos con sus ardores, muy tibios, gracias a la fresca brisa que los atenúa. La máxima prevista para hoy por los madriles será de 27ºC.

Ayer por la tarde estuve viendo en el cine "Nosotros no nos mataremos con pistolas" ("Nosaltres no ens matarem amb pistoles", 2022), de María Ripoll, basada en la obra de teatro homónima de Víctor Sánchez Rodríguez, ganadora de un premio Max, y con Ingrid García Jonsson, Elena Martín, Lorena López, Joe Manjón y Carlos Troya. Décimo largo de esta directora, de quien había visto seis de sus anteriores: "Vivir dos veces" (2019), "Ahora o nunca" (2015), "Rastros de sándalo" ("Rastres de sàndal", 2014), "Tu vida en 65'" (2006), "Utopía" (2003), y su debut, la mejor de todas para mí con diferencia, "Lluvia en los zapatos" ("The man with rain in his shoes", 1998).

Una treintañera residente en Londres regresa a su pueblo natal valenciano por las fiestas patronales, y se instala en la vieja casa de su abuela. Se esmera por hacer una paella, la primera que va a cocinar en su vida, para recibir a su pandilla de amigos y amigas de la adolescencia y primera juventud, que hace años que no se ven. Los cinco parecen felices y así lo muestran, pero por abajo corre el runrún de los problemas que cada uno arrastra y revolotea una gallina, reencarnación de otra de ellos fallecida recientemente por suicidio. La velada se extiende hasta el anochecer y en ella irán surgiendo secretos y reproches latentes.

Película que no me dijo gran cosa (nota: 4), a pesar de algunos momentos interesantes, principalmente concentrados al principio, en los que asomaban maneras de espagueti güéstern que le daban un punto socarrón, pues luego se fue apagando paulatinamente y paradójicamente se fue socarrando por sus tópicos de película de reencuentros de viejos amigos en los que se espetan verdades a la cara como involuntaria catarsis para poder encajar sus desencantos y frustrados deseos para poder seguir adelante con sus vidas, apoyándose los unos en los otros. La banda sonora también me gustó, me pareció magnética y casi que hipnótica.

Ahora, para rematar, como siempre, unas citas de sabiduría ajena:

 - "En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra".  (Eugenio Trías).

 - "¡Qué se le va a hacer!... ¡Hay que vivir!... ¡Viviremos, tío Vania!... ¡Pasaremos por una hilera de largos, largos días... de largos anocheceres... soportando pacientemente las pruebas que el destino nos envíe! [...]"  (Antón Chéjov).

 - "Sí, la vida es eso. Por muy atrás o muy adelante que se mire. Una pertinaz llama en la barbacoa de los huesos, esa necesidad de andar un poco más de lo posible, de resistir hasta el fin, de cruzar una raya, un límite, de durar todavía, más allá de toda desesperanza y resignación".  (Augusto Roa Bastos).

Besos y abrazos,

Don.

_____

No hay comentarios: