¡Buenos días!
Una mirada, un suspiro, y ya
me tienen prendado mis bien amadas y amantes hadas y ninfas matutinas, y me
lanzo a la aventura de crear un matutino. Carpe diem. Como disfruto con estos
canónicos días de otoño, de agradabilísimas temperaturas (máxima prevista para
hoy de 17ºC), con sus lluvias y nubes grises que hacen resaltar sobremanera
sobre el horizonte cualquier atisbo de copa arbórea arrebolada con sus más
característicos coloretes propios de este tiempo. Encendida hermosura por
doquiera que mires. Un placer para el alma y los sentidos.
Este fin de semana estuve en
el cine viendo "El tiempo de los amantes"
("Le temps de la aventure"), de Jérôme Bonnell, y con Emmanuelle
Devos y Gabriel Byrne. Es el primer largo que veo de este director francés, que
con éste ya lleva cinco.
Una mujer de 43 años se
siente en crisis, pues está ante una encrucijada vital. Es una actriz que viaja
en tren a París para hacer un casting. Cruza su mirada con la de otro pasajero,
un maduro extranjero de apariencia triste que va al funeral de una amiga, y
durante todo el trayecto siguen intercambiándolas. Se sienten atraídos mutuamente.
Se separan en la estación, pero el azar y la determinación de ella, mezclada
con sus dudas, les harán volver a encontrarse, prendiendo en ambos la
excitación de la amorosa aventura.
Buenísima película este
estupendo drama romántico, con algún golpe de gracia, sobre un breve e intenso
idilio, con reminiscencias de esa sencilla maravilla que es "Breve
encuentro" ("Brief encounter", 1946) de David Lean, amor a
primera vista que hará que se replanteen sus vidas, pensando ambos, con renovadas
ilusiones, en darles un giro, todo condicionado al escaso tiempo de que
disponen, pues ni trenes ni relojes esperan más allá de su hora, aunque
deseemos estirar ciertos tiempos. La acción se desarrolla toda a lo largo de un
día, del amanecer al atardecer. Por esto también recuerda a las dos primeras de
la exquisita trilogía de Richard Linklater: "Antes del amanecer"
("Before sunrise", 1995) "Antes del atardecer" ("Before sunset", 2004),
y "Antes del anochecer" ("Before midnight", 2013).
Os recomiendo este romance sin nada de azúcar añadido, tan solo impregnado de
la natural dulzura (y sus gotitas de amargura) que les son propios a los buenos
romances.
Ya llegó el tiempo de la
sabiduría ajena, que tal vez nos dé pautas para la gran aventura del bien amar:
- "El primer beso no se da con la boca,
sino con la mirada". (Tristán
Bernard).
- "Lo que parece ser amor es siempre
amor". (Tristán Bernard).
- "Que es amor dulce materia
para no sentir las horas
que por los amantes
vuelan". (Lope de Vega).
Besos y abrazos,
Don.
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