miércoles, 28 de octubre de 2020

La voz matutina

¡Buenos días!

A media voz, sottovoce, me susurran serenamente estos matutinos todo lo que a ellos les afecta, liberándose de pesares poco a poco, elevando su ánimo durante el trance, para terminar casi a voz en grito, desparramando a los cuatro vientos todo lo que les atenaza, quedándose por fin más anchos que largos... y viceversa. Pues las nubes parecen querer retomar la voz cantante en este día de otoño, primero con las nieblas y neblinas de temprana mañana, que luego se densifican en las alturas conforme van levantando, sin vislumbrar los rayos de sol entre los casi nulos resquicios que dejan. La máxima prevista será de 16ºC.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La voz humana" ("The human voice", 2020), de Pedro Almodóvar, a medio camino entre un corto y un mediometraje, según se mire, de 30 minutos de duración, basado libremente en una pieza teatral homónima de Jean Cocteau ("La voix humaine", 1930), y con Tilda Swinton. De este director he visto casi todas sus películas, salvo cuatro de las rodadas en los años 80, y por tanto todas las de este siglo, a saber: "Dolor y gloria" (2019), "Julieta" (2016), "Los amantes pasajeros" (2013), "La piel que habito" (2011), "Los abrazos rotos" (2009), "Volver" (2006), "La mala educación" (2004), y "Hable con ella" (2002).

Una mujer desolada pasa las horas en su apartamento junto a las maletas con las cosas de su ex amante, a quien todavía ama y que la abandonó por otra hace tres días, esperando que venga a recogerlas desde entonces. Ha intentado suicidarse y tan solo ha salido de la casa para comprar un hacha y una lata de gasolina. Tras varios intentos por fin consigue contactar con él telefónicamente, desesperada aunque tratando de mostrarse digna en su charla entrecortada.

Una buena película (nota: 6), con las muy estilosas maneras de su director, pero que no me llegó del todo. Comienza con unas palabras del director y otras de su actriz, para luego iniciar con un preludio antes de meterse en harina con el monólogo telefónico que la vertebra. Historia sobre el desconsuelo de cualquier enamorado que es abandonado, de soledad y dolor (sin gloria aparente), que cambia algunas cosas del original teatral, como el sumiso arrastre de su protagonista por una digna salida hacia adelante rompiendo con el sufrimiento pasado. No es un hable con ella, sino que ella nos habla.

Ahora un par de citas de sabiduría ajena, rematando con una del propio Jean Cocteau, distintas voces que espero escuchéis con atención:

 - "La armonía más dulce de escuchar es el sonido de la voz del ser amado".  (Jean de la Bruyère).

 - "El verbo amar es difícil de conjugar: su pasado no es perfecto, su presente es sólo indicativo y su futuro siempre es condicional".  (Jean Cocteau).

Besos y abrazos,

Don.

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