miércoles, 21 de octubre de 2020

Comunión matutina

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que comulgo, además de conmigo mismo, con mis bien amados matutinos, sin apenas discrepancias, no más que las naturales de nuestra distinta condición, siempre bien avenidos... y sin ruedas de molino de por medio, ya transitemos por la realidad o la ficción. Pues así, perfectamente hermanado, me siento con estos días otoñales que nos tocan, muy, muy grises y lluviosos, y ventosos, pero nada fríos, de una muy agradable templanza. A modo de ejemplo, los 14ºC de mínima habida esta madrugada, y los 18ºC de máxima prevista para hoy por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Corpus Christi" ("Boże Ciało", 2019), de Jan Komasa, y con Bartosz Bielenia y Eliza Rycembel. Es la primera película que veo de este director polaco, que está basada en un caso real y además estuvo entre las cinco nominadas a mejor de habla no inglesa en los pasados premios Óscar.

Un joven internado en un centro de detención juvenil, donde sufre malos tratos de sus compañeros, ayuda en las misas al párroco del centro y desea ingresar en el seminario, pero no puede debido a sus graves antecedentes penales. Como parte de su programa de rehabilitación es enviado a trabajar a un aserradero, pero no acude y al pasar por la pequeña localidad cercana, tras una sucesión de casualidades, se hace pasar por sacerdote, sustituyendo por unos días al veterano vicario del lugar que acaba de enfermar. El natural carisma y buen talante del joven, en las antípodas de encorsetadas liturgias, ayudarán a restañar las heridas y hondo dolor de los convecinos tras un trágico suceso ocurrido el año anterior, a la par que él se va redimiendo de las suyas.

Espléndida película que os recomiendo (nota: 8) esta historia sobre la culpa y el perdón, afilada disección social, de sus hipocresías, y de la humana condición y sus miserias, de sus prejuicios y su rencor, jamás libre de pecado, a través de la peripecia que deviene en calvario de su magnético protagonista, cual Jesucristo poco antes de ser crucificado por la redención de los hombres, María Magdalena incluida. El final, contundente, duro y violento, como toda crucifixión que se precie, aquí sin clavos ni espinas de por medio, sino a mamporro limpio, o sucio.

Ahora, como buen colofón para esta ceremonia de celebración matutina os invito a que paladeéis estas citas de sabiduría ajena que cual dulces obleas comparto con vosotros, sin vino, que me mareo:

 - "Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión".  (Thomas Carlyle).

 - "Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos".  (San Agustín).

 - "No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada".  (Friedrich Nietzsche).

Besos y abrazos,

Don.

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