jueves, 14 de mayo de 2020

La balada de los matutinos

¡Buenos días!

¡Beeeee!... bueno, dejo ya de berrear antes de que venga el lobo por sorpresa y siegue mi vida, no con guadaña, cual parca que dejo aparcada para mejor ocasión en lejanos años venideros, y que no sé si me llegará por el oeste. Estos disparates míos, cual baladas desafinadas y mal entonadas, han vuelto a traer, por lo que parece, copiosas lluvias por los madriles, como en pasados días, en un extraño remedo del otoño, pero rebosante de coloridas flores de mayo. La máxima prevista para hoy será de 16ºC. Esperemos que en próximos días vuelvan a dispararse las temperaturas, pero poco.

Antes de ayer por la tarde estuve viendo en Netflix la última película (o miniserie de seis capítulos independientes de unos 22 minutos cada uno, según se mire) de los hermanos Coen "La balada de Buster Scruggs" ("The ballad of Buster Scruggs", 2018), de Joel y Ethan Coen, y con Tim Blake Nelson, James Franco, Liam Neeson, Tom Waits, Zoe Kazan, y Brendan Gleeson. Es el 18º largo de estos excelentísimos directores (y guionistas, productores, montadores, etc., de sus propios films), de quienes he visto todos sus diecisiete anteriores, a saber:

 - "Sangre fácil" ("Blood simple", 1984).
 - "Arizona baby" ("Raising Arizona", 1987).
 - "Muerte entre las flores" ("Miller's crossing", 1990).
 - "Barton Fink" ("Barton Fink", 1991).
 - "El gran salto" ("The Hudsucker proxy", 1994).
 - "Fargo" ("Fargo", 1996).
 - "El gran Lebowski" ("The big Lebowski", 1998).
 - "O brother!" ("O brother, where art thou?", 2000).
 - "El hombre que nunca estuvo allí" ("The man who wasn't there", 2001).
 - "Crueldad intolerable" ("Intolerable cruelty", 2003).
 - "Ladykillers" ("The ladykillers", 2004).
 - "No es país para viejos" ("No country for old men", 2007).
 - "Quemar después de leer" ("Burn after reading", 2008).
 - "Un tipo serio" ("A serious man", 2009).
 - "Valor de ley" ("True grit", 2010).
 - "A propósito de Llewyn Davis" ("Inside Llewyn Davis", 2013).
 - "¡Ave, César!" ("Hail, Caesar!", 2016).

Seis cuentos sobre lo absurdo de la vida y la muerte, cada uno con su título, el primero de los cuales se lo cede a toda película, que en principio iba a ser miniserie, y que se desarrollan en la frontera del salvaje oeste estadounidense. ¿Y qué más da, serie o película?, que hoy día las miniseries se suelen ver cual si fueran películas, de un tirón. Los límites entre cine y televisión (plataformas incluidas), en todos sus ámbitos, cada vez son más borrosos, y junto con las fronteras políticas terminarán por ser, si no lo son ya, una absurda convención que debería desaparecer como el viejo oeste, ley de vida.

Buena película (nota: 6), con las impecables maneras formales y estilísticas de los fraternales cineastas, pero cuyas historias no acabaron de conectar del todo conmigo salvo momentos sueltos, cosas de la irregularidad de los diferentes episodios. Podría verse como seis tiras cómicas de fino humor negro, absurdo e irónico, con retranca, seña de identidad de los Coen, sobre lo impredecible de la vida y la muerte y, por qué no decirlo, sobre su futilidad.

Ahora os tiroteo con estas citas de sabiduría ajena, que espero no esquivéis y pongáis vuestra frente cual diana para que os atraviesen las entendederas:

 - "El hombre no toma conciencia de su ser más que en las situaciones límite".  (Karl Jaspers).

 - "Hay un límite para las lágrimas que podemos derramar ante las tumbas de los muertos".  (José Martí).

 - "¿Fronteras? Nunca he visto una. Pero he oído que existen en las mentes de algunas personas".  (Thor Heyerdahl).

 - "Las fronteras no están en el este o el oeste, el norte o el sur, sino allí donde el hombre se enfrenta a un hecho".  (Henry David Thoreau).

Besos y abrazos,

Don.
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