Bien
me apaño cada vez que vengo por aquí, donde casi puedo tocar el cielo con las
manos, incluso con una sola me bastaría para disfrutar de ellos. Y ya casi ni
sería necesario preguntarse dónde está el verano, al que todavía le queda más
de un mes para llegar por calendario, para saber que de hecho ya está llegando,
que este caluroso día de mayo, con sol a raudales y 30ºC de máxima prevista, se
está entregando en cuerpo y alma por conseguirlo. Ya en el próximo solsticio
ambos, los veranos meteorológico y astronómico, se reunirán de nuevo para
manipular nuestros humores, básicamente los sudorosos, pero no solo estos.
Antes
de ayer por la tarde estuve viendo en Netflix una película de animación, "¿Dónde
está mi cuerpo?" ("J'ai perdu mon corps", 2019), de
Jérémy Clapin, basada en la novela "Happy hand" de Guillaume Laurant.
Es el primer largo de este director.
En
un hospital de París una mano amputada escapa del frigorífico del laboratorio
para volver a juntarse con el cuerpo del que procede, el de un joven algo torpe
y caótico que sufrió un accidente laboral. La mano, mientras transcurre su
odisea a través de la ciudad, esquivando los peligros con los que se va topando,
va recordando pasajes de su vida pasada junto a su cuerpo, desde que era un
niño que dudaba entre ser astronauta o pianista, su posterior orfandad por
culpa de un accidente de tráfico, y recientemente su trabajo como repartidor de
pizza. En uno de sus accidentados repartos conoce (solo su voz a través del
telefonillo) a una joven, de la que se enamora, y a la que tratará de encontrar
y acercarse en secreto.
Estupenda
película que me fascinó (nota: 8), muy original y
evocadora, muy lacónica y parca en palabras, aunque haya manos que hablen por
sí solas (no de palabra, que sí por expresividad plástica). Historia con dos
líneas argumentales que acaban por confluir al final, la de un joven que perdió
su mano y la de esta buscando el cuerpo que perdió. Tiene acción, suspense,
romance... todo narrado con mucho gusto, con sensibilidad, incluso en algún
momento que otro tangencial e infinitesimalmente gore, mezclando fantasía y
realidad, pasajes en color y en blanco y negro. La banda sonora, también
cautivadora.
Ahora
toca ponerse manos a la obra con la sabiduría ajena, con estas citas que nos
ayuden a mejor maniobrar con nuestras entendederas:
- "El que pide la mano de una mujer, lo
que realmente desea es el resto del cuerpo". (Enrique Jardiel Poncela).
- "Aquel que ha sentido una vez en sus
manos temblar la alegría
no
podrá morir nunca". (José Hierro).
- "¡Qué pequeñas son mis manos en
relación con todo lo que la vida ha querido darme!". (Ramón J. Sénder).
- "Si no está en tus manos cambiar una
situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que
afrontes ese sufrimiento". (Viktor
Frankl).
Besos
y abrazos,
Don.
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