miércoles, 4 de septiembre de 2019

Matutino alojado en la orilla

¡Buenos días!

Siempre al borde de fluir en cualquier dirección, y no necesariamente a la mar, que es el morir, parafraseando al poeta Jorge Manrique, me encauzo hacia los matutinos otra mañanita más dibujando meandros, y no porque esté borracho, sino para rebuscar bien entre sus recodos todo lo bueno que hay en ellos. ¿Y el verano?, pues aquí sigue aposentado, parece que sin querer llegar a su ya cercana desembocadura equinoccial, con otro caluroso día de 33ºC de máxima prevista por los madriles.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El hotel a orillas del río" ("Gangbyeon Hotel"), de Hong Sang-soo, y con Gi Ju-bong, Kim Min-hee, Kwon Hae-hyo, Song Seon-mi, y Yu Jun-sang. De este muy prolífico director y guionista coreano había visto cinco de sus anteriores films: "La cámara de Claire" ("Keul-le-eo-ui Ka-me-la", 2017), "En la playa sola de noche" ("Bamui haebyunaeseo honja", 2017), "Lo tuyo y tú" ("Dangsinjasingwa dangsinui geot", 2016), "Ahora sí, antes no" ("Ji-geum-eun-mat-go-geu-ddae-neun-teul-li-da", 2015), y "En otro país" ("Da-reun na-ra-e-suh", 2012).

En el hotel del título se aloja un veterano y afamado escritor, un poeta, que convoca a sus dos hijos, a los que no ve desde hace años, y les comunica que tiene la impresión de que va a morir en cualquier momento. En otra habitación del hotel se encuentra una joven que acaba de sufrir una dolorosa ruptura sentimental, engañada por su pareja, y que recibe la visita de su mejor amiga, que viene a consolarla.

Bastante plomazo y soporífera me pareció esta película (nota: 2), en la línea de sus dos últimas (las tres primeras suyas vistas por mí sí que me gustaron). Otra historia ombliguil, casi que paja mental, no sé si a causa del delirium tremens provocado por tanto beber soju (tradicional destilado alcohólico típico de Corea). Ni me gustaron las formas, ni el fondo, que nada me dijo, de estas dos historias paralelas (y para lelos de presunta reflexividad) que se rozan tangencialmente, rodadas en blanco y negro y de manera muy contemplativa y parsimoniosa, y a ratos casi que toscamente.

Ahora, en los límites de la sabiduría ajena, ahí os dejo unas citas que he pescado por entre sus aguas:

 - "Quien a la orilla del río mora, unas veces canta y otras llora".  (Refrán).

 - "Es raro, muy raro, que nadie caiga en el abismo del desengaño sin haberse acercado voluntariamente a la orilla".  (Concepción Arenal).

Besos y abrazos,

Don.
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