¡Buenos
días!
Pues
creo que es donde deberían estar, y de hecho están, donde mejor les parece, sin
importarles apenas nada la relatividad de su posición relativa, pues se miren
por donde se miren, siempre se ven bien, de acuerdo a lo que pretendían a
priori, sin mirar atrás si hubiera sido mejor esto o aquello, pues ya no ha
lugar, y esto es lo que hay, mirándolo por el lado positivo, según se recorrió
el camino que tocó y dando lo mejor de sí. Pues el estado de la meteorología,
como todo en esta vida, no es estable ni estacionario, inesperado a pesar de
las más o menos certeras predicciones, con otra mañana como la de ayer, con
nubes y algo de sol, y que por la tarde también dejarán de nuevo algunas
lluvias, en permanente vaivén, como las temperaturas, que suben algo con
respecto a ayer (8ºC de máxima prevista y sin heladas de madrugada).
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo una película que me encantó y os recomiendo.
Se trató de "Qué fue de Brad" ("Brad's status"), de
Mike White, y con Ben Stiller, Austin Abrams, Jenna Fischer, y Michael Sheen.
Es el segundo largo de este director, que también es guionista y actor (en esta
también ejerce de ambos), y primero suyo que veo, aunque he visto algunas otras
de las que escribió para otros y también le vi alguna vez como actor secundario
en otras.
Brad
es un cuarentón, casi cincuentón, que tiene una vida acomodada, sin excesos, y
vive plácidamente con su esposa y único hijo, quien acaba de terminar el
instituto y tiene que plantearse en qué universidad estudiar. El padre decide
acompañarle en su periplo de entrevistas, y dado que una de ellas será en la
que él estudió, empieza a recordar a sus compañeros y mejores amigos de
entonces y a visualizar con envidia sus más glamurosas y adineradas
existencias, que sigue en redes sociales informáticas, sintiéndose menos que
ellos y todo un fracasado que ha desperdiciado su vida, obsesionándose con ello
y entrando en una depresiva crisis, temiendo volver a encontrárselos.
Una
estupenda película (nota: 8), podría decirse que comedia, pero con la
que no se ríe un ápice, quizá drama patético, esta acerada mirada entre amarga
y satírica, con mucha introspección del desilusionado personaje principal, de
esa obsesión comparativa con el presunto triunfo ajeno que le machaca
llevándole a la infelicidad cuando no tiene razones para estarlo, aunque se las
imagine. Es como si viera gigantes donde solo hay molinos, lo que le genera
gran frustración. De hecho, en el film se va alternando el relato de los hechos
con recuerdos y escenificaciones de irrealizados deseos soñados e imaginaciones
de como supone será la vida de sus antiguos amigos.
Ahora
nos posicionamos en la sección de sabiduría ajena, cuyas citas comienzo con
este aforismo anglosajón que dice, más o menos, "la hierba siempre parece
más verde en el jardín de tu vecino", que encaja como guante de seda con
las tribulaciones del protagonista, y continuando por estas otras, sin
importarme gran cosa el puesto, el orden que ocupan en esta secuencia de
guiones:
- "Cuando veas un gigante, examina antes
la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un pigmeo". (Von Hardenberg).
- "El camino para medrar en la posición
social está y estará siempre sembrado de amistades rotas". (H.G. Wells).
- "El éxito debe medirse, no por la
posición a que una persona ha llegado, sino por su esfuerzo por
triunfar". (Booker T.
Washington).
Besos y abrazos,
Don.
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