domingo, 9 de abril de 2017

Último matutino en estar por aquí

¡Buenos días!

No, no me refiero a que ya no habrá otro más tras este, sino a que es el más reciente en llegar a nosotros, y al que acogeré como al mejor de mis amigos y siempre tendré presente cuando decida partir o se me vaya sin querer, como ya hice con todos los que le precedieron. Y cuando eso suceda, ya estaré esperando anhelante al siguiente por venir, cuando eso quiera suceder en el porvenir. Durante los últimos días, como en este mismo, estamos teniendo una desatada primavera, sin nubes que ensombrezcan la radiante luz de este sol luminoso, que nos contagia sin filtro alguno de su alegre y esperanzada vitalidad (máxima prevista para hoy de 24ºC).

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Últimos días en La Habana", dirigida por Fernando Pérez, con guión de Abel Rodríguez, e interpretada por Patricio Wood, Jorge Martínez, y Gabriela Ramos. De este director cubano tan solo había visto hasta ahora uno de sus anteriores films, el documental "Suite Habana" (2003).

En el piso de un destartalado edificio en el centro de La Habana viven dos cuarentones, íntimos amigos desde la infancia, uno esperando un visado que nunca llega para poder emigrar a Estados Unidos, mientras friega platos en un restaurante y cuida solícitamente de su amigo, en fase terminal de SIDA y postrado en la cama de su habitación que no espera casi ya sino la muerte. El primero, apesadumbrado, metido para adentro, taciturno, y sin ilusión ni interés alguno por nada, ni sexo, ni hombres ni mujeres, ni por la vida en general, rumiando quien sabe qué dolor del pasado; el segundo, un gay positivo y vital, saboreando con el mayor deleite que puede cada segundo de los pocos que le quedan.

Espléndida película que os recomiendo (nota: 8), tristemente hermosa, de pictórica fotografía, maravillosa, como la foto de su cartel, que si bien al principio no conectaba con ella (en parte por su cerradísimo acento difícil de captar), acabó por abrazarme con fuerza, mucha fuerza, y emotividad. Un trozo de la vida misma este vital drama sobre fiel amistad hasta la misma muerte, con su puntito de alegría y esperanza, sin embargo algo (o bastante) desoladas ambas, vistos a través de tres desheredados personajes, los dos protagonistas y la adolescente sobrina de uno de ellos (fascinante personaje este, la mar de dicharachero), con el trasfondo de una desvencijada ciudad, todo un trasunto de la misma Cuba, y que representan, respectivamente, el pasado (en sus facetas pesimista y optimista) y el futuro esperanzado, pero sin visos claros de que vaya a suceder tal, de todo un país.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, las últimas que he encontrado por ahí, y que aquí os dejo antes de partir... hasta el próximo matutino:

 - "La peor moneda con que se puede pagar al amigo son los consejos; la única moneda buena son las ayudas".  (Ferdinando Galiani).

 - "¿Morir yo, querido doctor? ¡Será la última cosa que haga!".  (Lord Palmerston).

 - "Piensa que cada día es el último que luce para ti, y recibirás agradecido la hora que se te da y no esperabas".  (Horacio).

 - "No hay un final. No existe un principio. Tan solo una infinita pasión por la vida".  (Federico Fellini).

Besos y abrazos,

Don.
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