¡Buenos
días!
Otra
mañana más que me paso por aquí, levitando ingrávido sobre los eventuales
problemas que allí abajo pudiera haber, lo mismo que hacen las nubes que a
ratos velan el radiante sol primaveral de hoy, con 25ºC de máxima prevista por
los madriles. Cuando os bese y abrace, volveré al peso natural de mi a veces
extrañada vida, cual si un alien fuera, observando lo que me rodea.
Antes
de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Life (Vida)"
("Life"), de Daniel Espinosa, y con Jake Gyllenhaal, Rebecca
Ferguson, Ryan Reynolds, Hiroyuki Sanada, Olga Dihovichnaya, y Ariyon Bakare.
Solo había visto uno de los largos, el más reciente, "El niño 44" ("Child 44", 2015), de este
director sueco de ascendencia chilena, ahora haciendo films en Hollywood.
Los
seis miembros de la tripulación, astronautas y científicos, de la Estación
Espacial Internacional están investigando sobre una forma de vida recientemente
descubierta en Marte, pero lo que podría suponer uno de los mayores
descubrimientos de la historia deviene en un auténtico peligro, pues comienza a
demostrar una inteligencia y hostilidad tal que podría suponer el fin de la
humanidad.
Thriller
de terror y ciencia ficción que nada me dijo (nota: 3), bien en
técnica pero de guión malo, rutinaria historia, burdo y obvio remedo, descarada
imitación a partes iguales de dos, de la estupenda y mítica "Alien" (1979) de Ridley Scott, y de la maravillosa
"Gravity" (2013) de Alfonso Cuarón. Mucho ruido y pocas
nueces, casi ninguna, diría yo.
Para
la sección de sabiduría ajena de hoy, tan solo una cita, para hacer referencia
a la estruendosa e insignificante historia, nada original y con demasiados déjà
vu, que se nos quiere contar:
- "La vida es un cuento narrado por un
idiota, lleno de sonido y furia que nada significa". (William Shakespeare).
Besos y abrazos,
Don.
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Don.
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