domingo, 23 de abril de 2017

Hambre de matutina endogamia

¡Buenos días!

Ya sabéis mi particular lucha con que estos matutinos no se casen con nadie, si acaso con ellos mismos, pero el caso es que devoran con fruición las opiniones que por su lado pasan para tratar de asimilarlas tras una buena digestión. Llevamos ya bastantes días en que la primavera tampoco se casa con sus vecinos, invierno o verano, y sigue a lo suyo, y nosotros a lo nuestro, engullendo con frenesí todos los deleites que nos ofrece, como los de este día de sol y nubes y máxima prevista de 24ºC.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "La alta sociedad" ("Ma Loute"), de Bruno Dumont, y con Fabrice Luchini, Juliette Binoche, Valeria Bruni Tedeschi (un monumento de actriz), Brandon Lavieville, Raph, Didier Després y Cyril Rigaux. Es el primero de los largos que veo de este director francés.

En el verano de 1910, en los alrededores de una pequeña aldea de míseros pescadores y mariscadores de la costa norte de Francia están desapareciendo misteriosamente varios turistas. Un par de pintorescos policías se encarga de la investigación. Una acaudalada familia llega para disfrutar de su veraneo en su extravagante mansión en lo alto de un acantilado.

Una buena película (nota: 6) pero que no me acabó de morder sino a pequeños bocados sueltos. No me desagradó, pero no me convenció. Estupendas actuaciones de todos, a destacar la de Valeria Bruni, que me tiene enamorado. Fotografía bellísima, por paisajes y encuadres con y sin personajes, muy pictórica. Pero la extravagante historia, algo pasada de rosca, de esta negra tragicomedia de humor absurdo, exagerado, surrealista, grotesco, disparatado, pura caricatura cuajada de gags del cine mudo, y chocantes dislexias con doble y triple sentido difíciles de traducir y de pillar.

En esta retorcida y vitriólica metáfora sobre la lucha de clases, mirada aviesa y algo corrosiva a la sociedad y sus castas idioteces, es decir, sus incestos de casta repelente que no mezcla con el resto y que tal vez lleven, como otras veces sucedió antaño, a que los menesterosos se acaben por comer apetitosamente a los opulentos, es decir, a los ricos ricos (que diría Arguiñano, o no), si algo no cambia antes. Por esto mismo del canibalismo, social en este caso, y por algunos pequeños detalles formales, me recordó a "Delicatessen" (1991) de Jean Pierre Jeunet y Marc Caro.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, sabroso aperitivo de conocimiento de alta alcurnia con el que saciar nuestra hambre de conocimiento:

 - "No hay condición tan baja que no tenga esperanza; ninguna tan alta que no inspire temores".  (Lin Yutang)

 - "Esta vida es una lucha permanente, y la filosofía es el único emplasto que podemos aplicar a las heridas que de todas partes recibimos".  (Voltaire).

 - "Para triunfar en la lucha por la vida, el hombre ha de tener o una gran inteligencia o un corazón de piedra".  (Máximo Gorki).

 - "Los privilegiados arriesgarán siempre su completa destrucción antes que ceder una mínima parte de sus privilegios".  (Antonio Gala).

Besos y abrazos,

Don.
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