¡Buenos
días!
Ese
debo de ser yo, que los gesto cada mañana, con gesto adormilado las más de las
veces, y así me salen como me salen, aunque intento encauzarlos para que no desparramen
en demasía, como me parece que estoy haciendo con este ya desde el mismo
principio. Desde luego, jamás me desentiendo de ninguno de los de mi progenie.
La primavera sigue casi de verano con los 27ºC de máxima prevista también para
hoy, y con sol a raudales que desparrama sus simientes de vitalidad.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "El hijo de Jean"
("Le fils de Jean"), dirigido por Philippe Lioret, basado en la
novela de Jean Paul Dubois "Si ce livre pouvait me rapprocher de toi"
("Si este libro pudiese acercarme más a ti"), e interpretado por
Pierre Deladonchamps, Gabriel Arcand, Catherine de Léan. De este director
francés tan solo había visto uno de sus anteriores films, "Welcome" (2009).
Un
treintañero parisino, separado y con un hijo, recibe una llamada telefónica de
Canadá en la que un desconocido le comunica que su padre biológico, de quien
nada sabía, acaba de fallecer y que le ha dejado un paquete a su nombre. El
desconocido, amigo íntimo del fallecido, le pide su dirección para enviárselo.
Picándole la curiosidad, decide viajar personalmente para recoger el paquete,
acudir al entierro, y conocer a sus hermanastros. Una vez allí, recibido por el
amigo del fallecido, este le aconseja que no revele a la familia su condición
de hijo del muerto.
Una
muy buena película (nota: 7), con la que pasé un muy agradable rato,
básicamente por el tono con que trata el tema central de la película: la
búsqueda del padre biológico ausente, cosa que no acabo de entender pues yo soy
más de andarme por las ramas que de enredarme en buscar raíces, y que cuando se
trata en los films estos suelen tirarme para atrás, pero no en este caso, drama
familiar muy contenido y sutil, incluso con emotividad, pero en las antípodas
de blandorros melodramas de lágrima fácil que son la norma en estos casos. Sin
ser una historia de novela negra, como las que escribe el protagonista, hay
suspense, un cadáver sin aparecer ahogado en un lago (el padre) y secretos que
van aflorando a la superficie poco a poco y sugerentemente, en la que silencios
y miradas dicen más que las palabras.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, con las que a lo mejor encontramos nuestros
orígenes, o quizá no haga falta:
- "Exigir a los progenitores, para
respetarlos, que estén libres de defectos y que sean la perfección de la
humanidad es soberbia e injusticia".
(Silvio Pellico).
- "Las gentes que nunca se preocupan por
sus antepasados jamás mirarán hacia la posteridad". (Edmund Burke).
- "En cuestión de árboles genealógicos es
más seguro andarse por las ramas que atenerse a las raíces". (Jacinto Benavente).
Besos
y abrazos,
Don.
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