¡Buenos
días!
Otra
soleada mañana de ¿invierno?, con algo de brisa, alguna nube en el cielo y
máxima prevista para hoy por los madriles de 18ºC, más bien de encendida
primavera, que invita a retozar tranquilamente... ¡qué carajo!, cual loca
cabritilla por entre sotos y prados, y a disfrutar con entera libertad de lo
que nos toca vivir, sin más ataduras que las que nos queramos poner a nosotros
mismos, a veces más prietas y agobiantes que las del resto, con sus
expectativas sobre nosotros, que suelen condicionar nuestras elecciones.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Hedi, un viento de libertad"
("Inhebek Hedi"), de Mohamed Ben Attia, y con Majd Mastoura, Rym Ben
Messaoud, Sabah Bouzouita, Hakim Boumessoudi, y Omnia Ben Ghali. Es el primer
largo de este director tunecino.
Hedi
es un tímido y apocado veinteañero que trabaja como agente comercial de un
concesionario de coches, y que en menos de una semana va a casarse con la muy
guapa novia que le buscó su madre y con la que lleva tres años de prometido.
Pero en su viaje de trabajo de esa semana, se enamora de una de las animadoras
del hotel en que se aloja, todo un flechazo, lo que le hará replantearse toda
su hasta ahora resignada vida, profundamente desmotivado e insatisfecho con su
situación laboral y personal, más dirigida por su tradicional madre metomentodo
que por él mismo, e intentará rebelarse.
Una
muy buena película (nota: 7), plena de silencios del introvertido
protagonista, cuyo nombre significa calma, tranquilidad, que empezó no
enganchándome demasiado, cosas de sus pocos aderezos formales, pero que
conforme avanzaba fue ganando enteros para mí. Historia de un tipo bastante
anodino, pelín ingenuo al principio, de su amor fulgurante y arrebatado,
metáfora de todo un país, Túnez, y su primavera agostada que no acaba de
florecer, que se debate entre trasnochadas tradiciones que les lastran pero que
hacen sentir aparente seguridad y sus deseos de libertad que provocan miedo al
abismo por no saber si sabrán volar libremente o caerán vertiginosamente.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, soplos de aire fresco para nuestras
entendederas, que las calmen cuando vayan a encenderse, y las reactiven cuando
amaguen conformismo:
- "El río Guadalquivir
se
quejaba una mañana:
me
tengo que decidir
entre
Cazorla y Doñana
y no
sé cómo elegir". (Rafael Alberti).
- "¿Qué hombre inteligente si le dieran a
escoger entre vivir sin rosas o vivir sin berzas no correría a asegurar las
berzas?". (George Bernard Shaw).
- "Cada elección tiene su anverso, es
decir, una renuncia, por lo que no hay diferencia entre el acto de elegir y el
acto de renunciar". (Italo
Calvino).
- "Del cielo es la inclinación;
el
sí o el no todo es mío;
que
el hado en el albedrío
no
tiene jurisdicción". (Juan Ruiz de
Alarcón).
Besos
y abrazos,
Don.
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