¡Buenos
días!
No
sé si en este plácido y sereno entorno matutino pudiera haberlos cometido. En
cualquier caso, ni debieron ser importantes, ni he debido darles demasiada
importancia ni parecen haberme afectado, pues siempre regreso a ellos
despreocupadamente, con el siempre bien cumplido afán de que me reconforten,
sin el más leve atisbo de tormenta alguna. Tampoco en el no demasiado raso cielo
de esta mañana de invierno, tras las algo huracanadas e intermitentes lluvias
de este pasado fin de semana. Quizá en próximos días pudieran volver. Ya
veremos.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo
que vayáis a ver. Se trató de "Manchester frente al mar"
("Manchester by the sea"), de Kenneth Lonergan, y con Casey Affleck,
Michelle Williams, Kyle Chandler, y Lucas Hedges. Es el tercer largo, y segundo que veo, de
este director, también guionista y dramaturgo, tras su también sobresaliente
"Margaret" (2011).
El
conserje y manitas de varios edificios de Boston, un tipo retraído y
misántropo, debe regresar precipitadamente a su localidad natal, un pequeño
pueblo pesquero, del que se fue hace varios años debido a un trágico accidente,
al recibir la noticia de que su querido hermano está a punto de fallecer.
Cuando llega ya está muerto y se encuentra con la sorpresa de que lo ha
nombrado tutor legal de su hijo adolescente. Trata de evitarlo y regresar a su
rutinaria y solitaria vida, pero no puede, y deberá enfrentarse a su pasado y a
su ex-mujer.
Una
sobresaliente película (nota: 9) este drama, con
ramalazos de humor, serenas imágenes, hermosísimas, y pausado fluir, sobre el
indescriptible dolor de su protagonista, de alma torturada e irredenta, a quien
las circunstancias le obligan a volver a revivirlas, y nada parece aliviarle de
sus traumas, tan profundos que parecen no tener cura (para él mismo). Historia
compleja, profunda, con varias capas, contada a través de flashbacks que van
revelándonos poco a poco su pasado, doloroso a partir de su error, del que se
culpa y que devino en su autoexilio (de su pueblo, y de sí mismo). A destacar
especialmente las escenas de los fugaces reencuentros entre el protagonista y
su ex, casi todos de silencios y miradas, sutilísimos, muy especialmente esa en
la que más que hablar balbucean torpes intentos de perdón, sin fruto alguno.
Ahora
unas citas de sabiduría ajena, por cierto, creo que bastante a propósito de lo
narrado en el film, como suelo:
- "Puedo perdonar todos los errores,
menos los míos". (Catón).
- "Los años arrugan la piel, pero
renunciar al entusiasmo arruga el alma".
(Albert Schweitzer).
- "El más terrible de todos los
sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta". (Federico García Lorca).
- "Qué cerca sentimos a algunos que están
muertos; y qué muertos nos parecen otros que aún viven". (Wolf Biermann).
- "Los errores fortalecen, a condición de
no dejarse abatir por ellos, y enseñan lo que no se ha de hacer otra vez, lo
que se ha de evitar". (Noel
Clarasó).
Besos
y abrazos,
Don.
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