lunes, 6 de febrero de 2017

A propósito de algún despropósito junto a los matutinos

¡Buenos días!

No sé si en este plácido y sereno entorno matutino pudiera haberlos cometido. En cualquier caso, ni debieron ser importantes, ni he debido darles demasiada importancia ni parecen haberme afectado, pues siempre regreso a ellos despreocupadamente, con el siempre bien cumplido afán de que me reconforten, sin el más leve atisbo de tormenta alguna. Tampoco en el no demasiado raso cielo de esta mañana de invierno, tras las algo huracanadas e intermitentes lluvias de este pasado fin de semana. Quizá en próximos días pudieran volver. Ya veremos.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una película que desde ya os recomiendo que vayáis a ver. Se trató de "Manchester frente al mar" ("Manchester by the sea"), de Kenneth Lonergan, y con Casey Affleck, Michelle Williams, Kyle Chandler, y Lucas Hedges. Es el tercer largo, y segundo que veo, de este director, también guionista y dramaturgo, tras su también sobresaliente "Margaret" (2011).

El conserje y manitas de varios edificios de Boston, un tipo retraído y misántropo, debe regresar precipitadamente a su localidad natal, un pequeño pueblo pesquero, del que se fue hace varios años debido a un trágico accidente, al recibir la noticia de que su querido hermano está a punto de fallecer. Cuando llega ya está muerto y se encuentra con la sorpresa de que lo ha nombrado tutor legal de su hijo adolescente. Trata de evitarlo y regresar a su rutinaria y solitaria vida, pero no puede, y deberá enfrentarse a su pasado y a su ex-mujer.

Una sobresaliente película (nota: 9) este drama, con ramalazos de humor, serenas imágenes, hermosísimas, y pausado fluir, sobre el indescriptible dolor de su protagonista, de alma torturada e irredenta, a quien las circunstancias le obligan a volver a revivirlas, y nada parece aliviarle de sus traumas, tan profundos que parecen no tener cura (para él mismo). Historia compleja, profunda, con varias capas, contada a través de flashbacks que van revelándonos poco a poco su pasado, doloroso a partir de su error, del que se culpa y que devino en su autoexilio (de su pueblo, y de sí mismo). A destacar especialmente las escenas de los fugaces reencuentros entre el protagonista y su ex, casi todos de silencios y miradas, sutilísimos, muy especialmente esa en la que más que hablar balbucean torpes intentos de perdón, sin fruto alguno.

Ahora unas citas de sabiduría ajena, por cierto, creo que bastante a propósito de lo narrado en el film, como suelo:

 - "Puedo perdonar todos los errores, menos los míos".  (Catón).

 - "Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma".  (Albert Schweitzer).

 - "El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta".  (Federico García Lorca).

 - "Qué cerca sentimos a algunos que están muertos; y qué muertos nos parecen otros que aún viven".  (Wolf Biermann).

 - "Los errores fortalecen, a condición de no dejarse abatir por ellos, y enseñan lo que no se ha de hacer otra vez, lo que se ha de evitar".  (Noel Clarasó).

Besos y abrazos,

Don.
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