viernes, 9 de diciembre de 2016

Expectante espectador matutino

¡Buenos días!

Otra deliciosa mañanita de agradabilísimo otoño, con sol y nubes, en la que con anhelante esperanza, siempre bien cumplida, confío en pasar otro delicioso momento por aquí y, cuando salga, habiendo repartido los consabidos besos y abrazos, sentirme totalmente satisfecho con el maravilloso espectáculo del que acabo de disfrutar.

Antes de ayer por la tarde estuve en el teatro viendo una obra de Federico García Lorca, "El público" (1930), dirigida por Álex Rigola, y con Irene Escolar y un montón más de actores y actrices, que es una obra bastante coral. Es el tercer montaje que veo de una obra teatral de Federico García Lorca, tras la magistral "La casa de Bernarda Alba" (1936), de la que también vi una homónima versión cinematográfica de 1987 dirigida por Mario Camus, y "Bodas de sangre" (1933), de la que también vi otra versión cinematográfica con "La novia" (2015) de Paula Ortiz.

No sé muy bien que sinopsis argumental referir aquí sobre el desparrame surrealista que es esta obra, en la que parece haber claras referencias, oníricamente hablando, quizá onanísticamente, por eso de la paja mental que me pareció, al amor homosexual y a la perversión del arte teatral convencional.

Una espectáculo teatral que nada me dijo (nota: 2), que no había por donde cogerlo, a pesar de muy sesudos estudios que seguro habrá de esta obra lorquiana y que la expliquen. Y eso que tenía una magnífica escenografía y coreografía actoral, con estupendas interpretaciones, destacando muy por encima de las demás, para mí, la de Irene Escolar, una monumental actriz que me fascina y por la que siento enorme admiración a pesar de las pocas veces que la he visto, ya sea en cine, televisión o teatro -con esta, una vez en cada ámbito-. Como en otras ocasiones, mucha forma sin fondo que la sustente. Sin embargo, como siempre en las obras de Lorca, estaba preñada de poesía de desaforada metáfora, aunque esta vez más incomprensible que nunca para mí. Cual si Lorca se hubiera tomado algún tipo de alucinógeno previamente a haberla escrito, o se hubiese sumido en una repentina y transitoria neurastenia, o similar trastorno psicológico, dignos de ser tratados. En cierto modo, me recordó a un espectáculo teatral que vi hace unos años, bochornoso y un terrible calvario para mí, "Gólgota picnic", todavía más infumable.

Bueno, ya no espero más, ahí van unas citas de sabiduría ajena que pongo para público conocimiento y mejor entender:

 - "El público es tan limitado, tan incapaz, que sólo ve aquello que se le enseña".  (Stendhal).

 - "El público cree con la mayor facilidad las más grandes necedades".  (Pío Baroja).

 - "Conviene siempre esforzarse más en ser interesante que exacto; porque el espectador lo perdona todo menos el sopor".  (Voltaire).

 - "Lo que el público te reprocha, cultívalo. Eso eres tú".  (Jean Cocteau).

Besos y abrazos,

Don.
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