lunes, 5 de diciembre de 2016

Matutinos nocturnos

¡Buenos días!

Pareciera por el título de hoy que estos matutinos no tienen muy claro qué decidir al respecto de su intrínseca identidad, pero dado que son polifacéticos según los más diversos puntos de vista desde los que pudieran ser abordados, nada de eso. De hecho, se gestan en la oscura caverna de mi cabeza cuando la noche nos envuelve, tras el último fundido a negro del film que vi esa misma tarde, y ven la luz en cuanto los primeros rayos de sol mañanero se la proporcionan. Así son, y así lo asumen y llevan con la mayor de las dignidades. La mañana otoñal está oscura, no como si fuera de noche, sino por las muy grises nubes que todavía quedan tras las lluvias de este fin de semana y que todavía dejan caer algunas desvaídas gotas.

Este fin de semana estuve en el cine viendo "Animales nocturnos" ("Nocturnal animals"), de Tom Ford, basado en la novela "Tres noches" ("Tony and Susan", "Nocturnal animals") de Austin Wright, y con Amy Adams, Jake Gyllenhaal, Michael Shannon, y Aaron Taylor-Johnson. De Tom Ford, diseñador de moda metido a director de cine, había visto también su anterior film, con el que debutó, "Un hombre soltero" ("A single man", 2009).

Una exitosa galerista, con cuyo segundo marido lleva una vida bastante vacía de lujo y muy sofisticado glamour, recibe por correo una carta de su exmarido, con el emplazamiento para un posible encuentro, y la recomendación de leer el borrador de novela adjunto. Es la primera novela (con dedicatoria a ella y cuyo título es el de la película) que ha conseguido terminar su ex, a quien abandonó hace bastantes años, en su juventud, y no ve desde entonces, quien le pide que la lea antes que nadie dado que ella siempre fue su mejor crítica. Desde el primer instante ella se sumerge con fruición en la muy violenta trama narrada, siguiendo las peripecias del atribulado protagonista. Entre sobresalto y sobresalto de la historia, va rememorando fragmentos de la vida pasada con él.

Muy buena película (nota: 7) este thriller de exquisitas maneras formales, muy estilosa ornamentalmente, y con un final que me encantó, a la que sin embargo le faltó algo para entusiasmarme, un qué sé yo. Narrada a tres niveles, el de la protagonista y su presente, que le parece bastante vano; y el de su pasado con el ex, y el de la ficción de la novela de éste, ambos antitéticos en sus formas, que no en lo más hondo de su contenido; nos habla de varias cosas a la vez, de escribir literatura como modo de exorcizar nuestros demonios interiores, como humillante venganza, no sé si contra alguien o contra uno mismo, de ciertos modos de redimir nuestras culpas, de encajar nuestras frustraciones, de nuestras elecciones y sus consecuencias sobre los demás y sobre nosotros mismos.

Ahora algo de sabiduría ajena que nos ayude a sacar a la luz a nuestras más recónditas tribulaciones:

 - "Creo que he encontrado el eslabón perdido entre los animales y el homo sapiens: nosotros".  (Konrad Lorenz).

 - "Con la palabra, el hombre supera a los animales, pero con el silencio se supera a sí mismo".  (Paul Masson).

 - "A la noche, chichirimoche; a la mañana, chichirinada".  (Refrán).

 - "Cuando estés de noche en tu alcoba, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo".  (Epicteto).

Besos y abrazos,

Don.
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