¡Buenos
días!
Aunque
el título de hoy pudiera parecer algo paradójico y no muy bien concordado en el
número... ni en el género, la cosa no es tal, ni cual, pues aunque muchos y
cada uno a su aire, son únicos e irreemplazables para mí, que todo me lo dan
desinteresadamente, como una buena madre, y viceversa. Como este mismo otoño,
que da igual que se nos presente calmado y soleado, como hoy, que gris, ventoso
y lluvioso, que siempre le amaremos con igual cariño.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Madre sólo hay una"
("Mãe só há uma"), de Anna Muylaert, y con Naomi Nero, Daniela
Nefussi, Daniel Botelho, Matheus Nachtergaele, y Lais Dias. Es el segundo largo
que veo de esta directora y guionista brasileña tras "Una segunda madre" ("Que horas ela volta?",
2015), su anterior film.
Un
chaval de 17 años, en trance de decidir su idiosincrasia, vive con su madre
viuda y su hermana pequeña. Un día llega la policía a su casa y descubre que
fue robado de un hospital cuando recién nacido. Su madre ingresa en prisión y
él es entregado contra su voluntad a su familia biológica. Queda absolutamente
desolado y deberá acostumbrarse a su nueva vida y nuevo nombre. Sus
desconocidos padres biológicos han trazado el plan de cómo será su nueva vida,
pero él piensa de manera muy diferente.
Estupenda
película (nota: 8) este drama, basado en un caso real, sobre niños
robados, cuestión que deja de soslayo para centrarse en las consecuencias
emocionales sobre los hijos zarandeados de un hogar a otro por imperativo legal
y sin escuchar -ni padres ni instituciones- lo que ellos quieren de verdad.
También de la búsqueda de identidad de los adolescentes, social y personal, de
la incomprensión maternal -y paternal- al respecto; y de dilemas éticos sobre
qué debe predominar, si lo legal o lo que es justo, que los padres, cegados por
su ansia y derecho a recuperar lo que consideran suyo, no ven que lo que no
puede ser no será, y forzarlo es todavía peor. En lo esencial, trata similares
cuestiones que el anterior film de esta directora, es decir, ¿qué es lo que
verdaderamente nos hace padres e hijos?, y de las incomprensiones
intergeneracionales.
Ahora
algunas citas de sabiduría ajena, más de una, a ver si de tanto roce con ella
se nos queda algo:
- "Toda la justicia social descansa en
estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es
sagrado". (Anatole France).
- "No es la carne y la sangre, sino el
corazón, lo que nos hace padres e hijos".
(Friedrich von Schiller).
- "Los seres humanos no nacen para
siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a
parirse a sí mismos una y otra vez".
(Gabriel García Márquez).
- "La clase de felicidad que necesito es
menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero". (Jean Jacques Rousseau).
- "La juventud no debe sólo asimilar los
frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas
cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores
generaciones". (Konstantin
Stanislavski).
Besos
y abrazos,
Don.
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