miércoles, 7 de diciembre de 2016

Matutinos sólo hay una

¡Buenos días!

Aunque el título de hoy pudiera parecer algo paradójico y no muy bien concordado en el número... ni en el género, la cosa no es tal, ni cual, pues aunque muchos y cada uno a su aire, son únicos e irreemplazables para mí, que todo me lo dan desinteresadamente, como una buena madre, y viceversa. Como este mismo otoño, que da igual que se nos presente calmado y soleado, como hoy, que gris, ventoso y lluvioso, que siempre le amaremos con igual cariño.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Madre sólo hay una" ("Mãe só há uma"), de Anna Muylaert, y con Naomi Nero, Daniela Nefussi, Daniel Botelho, Matheus Nachtergaele, y Lais Dias. Es el segundo largo que veo de esta directora y guionista brasileña tras "Una segunda madre" ("Que horas ela volta?", 2015), su anterior film.

Un chaval de 17 años, en trance de decidir su idiosincrasia, vive con su madre viuda y su hermana pequeña. Un día llega la policía a su casa y descubre que fue robado de un hospital cuando recién nacido. Su madre ingresa en prisión y él es entregado contra su voluntad a su familia biológica. Queda absolutamente desolado y deberá acostumbrarse a su nueva vida y nuevo nombre. Sus desconocidos padres biológicos han trazado el plan de cómo será su nueva vida, pero él piensa de manera muy diferente.

Estupenda película (nota: 8) este drama, basado en un caso real, sobre niños robados, cuestión que deja de soslayo para centrarse en las consecuencias emocionales sobre los hijos zarandeados de un hogar a otro por imperativo legal y sin escuchar -ni padres ni instituciones- lo que ellos quieren de verdad. También de la búsqueda de identidad de los adolescentes, social y personal, de la incomprensión maternal -y paternal- al respecto; y de dilemas éticos sobre qué debe predominar, si lo legal o lo que es justo, que los padres, cegados por su ansia y derecho a recuperar lo que consideran suyo, no ven que lo que no puede ser no será, y forzarlo es todavía peor. En lo esencial, trata similares cuestiones que el anterior film de esta directora, es decir, ¿qué es lo que verdaderamente nos hace padres e hijos?, y de las incomprensiones intergeneracionales.

Ahora algunas citas de sabiduría ajena, más de una, a ver si de tanto roce con ella se nos queda algo:

 - "Toda la justicia social descansa en estos dos axiomas: El robo es punible y el producto del robo es sagrado".  (Anatole France).

 - "No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos".  (Friedrich von Schiller).

 - "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez".  (Gabriel García Márquez).

 - "La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero".  (Jean Jacques Rousseau).

 - "La juventud no debe sólo asimilar los frutos de la cultura de sus padres, sino que debe elevar la cultura a nuevas cimas, a las que no llegan las gentes de las anteriores generaciones".  (Konstantin Stanislavski).

Besos y abrazos,

Don.
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