¡Buenos
días!
A
velocidad de vértigo mis dedos teclean este matutino, con delicada dulzura, tan
rápido que casi mis ojos no pueden verlo, y apenas siento como va llegando el
clímax final, cuando me venga resbalando tras los besos y abrazos, sin un solo
jadeo... y no sé a dónde esto me llevará. Y hoy volvemos a tener otro exquisito
día de otoño, dulce y sereno, de muy buenos modales, nada brusco, soleado y,
como siempre, muy sensual, regalándonos con toda su orgía colorista, que tanto
nos arrebola, como en el mejor amanecer, o atardecer.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "La doncella"
("Ah-ga-ssi"), de Park Chan Wook, basada en la novela "Falsa
identidad" ("Fingersmith") de Sarah Waters, y con Kim Min Hee,
Kim Tae Ri, Ha Jung Woo, y Jo Jin Woong. Había visto hasta ahora tres de los
anteriores films de este magistral director coreano: "Stoker" (2013), "Soy un cyborg" ("Saibogujiman kwenchana",
2006), y "Old boy" ("Oldeuboi", 2003), una absoluta
obra maestra para mí.
En
la Corea de la década de 1930, durante la colonización japonesa, una joven
ratera es contratada como doncella por una joven y rica heredera japonesa que
vive recluida por su tiránico tío en una lujosa mansión. En realidad está allí
para facilitar a un estafador, que se hace pasar por conde japonés, la
seducción de la inocente y virginal muchacha, con el fin de casarse y
apoderarse de sus riquezas. Pero ambas se enamorarán mutuamente.
Espléndida
película (nota: 8), muy refinada estéticamente, magistralmente
narrada, de exquisitas maneras formales, bellísima visualmente, rebosante de
sensualidad, esta historia de amor, y también thriller erótico, con su puntita
de picante sado, y alguna escena divertidamente truculenta -marca de la casa-.
Estructurada en tres partes en las que se cuenta la misma historia desde tres
puntos de vista pero añadiendo algo más cada vez, con un sorprendente giro al
final de cada una, nos habla, de un modo algo retorcido, de amor y anhelante
deseo, de juegos de seducción, engaños, traiciones y venganzas, y quizá del
lúbrico placer de contar historias, mucho más si son eróticas.
Pues
antes de los besos y abrazos trato de acariciar vuestras entendederas con unas
citas de sabiduría ajena, espero que excitantes:
- "Para conseguir la más pequeña fortuna,
vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien
volúmenes". (Voltaire).
- "Seducimos valiéndonos de mentiras y
pretendemos ser amados por nosotros mismos". (Paul Géraldy).
- "Creo que no te quiero, que solamente
quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada
de ese guante que vive en la derecha".
(Julio Cortázar).
- "Preciso es que el placer tenga sus
penas, y el dolor sus placeres".
(Goethe).
- "No satisfagáis jamás hasta la saciedad
vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos". (Proverbio chino).
Besos
y abrazos,
Don.
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