martes, 6 de diciembre de 2016

Matutino de guante blanco

¡Buenos días!

A velocidad de vértigo mis dedos teclean este matutino, con delicada dulzura, tan rápido que casi mis ojos no pueden verlo, y apenas siento como va llegando el clímax final, cuando me venga resbalando tras los besos y abrazos, sin un solo jadeo... y no sé a dónde esto me llevará. Y hoy volvemos a tener otro exquisito día de otoño, dulce y sereno, de muy buenos modales, nada brusco, soleado y, como siempre, muy sensual, regalándonos con toda su orgía colorista, que tanto nos arrebola, como en el mejor amanecer, o atardecer.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La doncella" ("Ah-ga-ssi"), de Park Chan Wook, basada en la novela "Falsa identidad" ("Fingersmith") de Sarah Waters, y con Kim Min Hee, Kim Tae Ri, Ha Jung Woo, y Jo Jin Woong. Había visto hasta ahora tres de los anteriores films de este magistral director coreano: "Stoker" (2013), "Soy un cyborg" ("Saibogujiman kwenchana", 2006), y "Old boy" ("Oldeuboi", 2003), una absoluta obra maestra para mí.

En la Corea de la década de 1930, durante la colonización japonesa, una joven ratera es contratada como doncella por una joven y rica heredera japonesa que vive recluida por su tiránico tío en una lujosa mansión. En realidad está allí para facilitar a un estafador, que se hace pasar por conde japonés, la seducción de la inocente y virginal muchacha, con el fin de casarse y apoderarse de sus riquezas. Pero ambas se enamorarán mutuamente.

Espléndida película (nota: 8), muy refinada estéticamente, magistralmente narrada, de exquisitas maneras formales, bellísima visualmente, rebosante de sensualidad, esta historia de amor, y también thriller erótico, con su puntita de picante sado, y alguna escena divertidamente truculenta -marca de la casa-. Estructurada en tres partes en las que se cuenta la misma historia desde tres puntos de vista pero añadiendo algo más cada vez, con un sorprendente giro al final de cada una, nos habla, de un modo algo retorcido, de amor y anhelante deseo, de juegos de seducción, engaños, traiciones y venganzas, y quizá del lúbrico placer de contar historias, mucho más si son eróticas.

Pues antes de los besos y abrazos trato de acariciar vuestras entendederas con unas citas de sabiduría ajena, espero que excitantes:

 - "Para conseguir la más pequeña fortuna, vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien volúmenes".  (Voltaire).

 - "Seducimos valiéndonos de mentiras y pretendemos ser amados por nosotros mismos".  (Paul Géraldy).

 - "Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha".  (Julio Cortázar).

 - "Preciso es que el placer tenga sus penas, y el dolor sus placeres".  (Goethe).

 - "No satisfagáis jamás hasta la saciedad vuestros deseos; así os proporcionaréis placeres nuevos".  (Proverbio chino).

Besos y abrazos,

Don.
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