¡Buenos
días!
Cómo
estos mismos días de otoño, rayanos en la perfección canónica, impolutos e
inmaculados, de una arrobadora belleza tal que está muy por encima de cualquier
calificación, más allá de la misma excelencia, da igual los claroscuros con que
nos regale, sean radiantemente soleados o de nubosa grisura.
Este
fin de semana estuve en el cine viendo "Los exámenes"
("Bacalaureat"), de Cristian Mungiu, y con Adrian Titieni, María
Victoria Dragus, Lía Bugnar, Vlad Ivanov, Malina Malovici, y Rares Andrici.
Quinto largo de este director rumano, de quien habia visto tres de sus
anteriores, los más recientes: "Más allá de las colinas" ("Dupa dealuri",
2012); "Historias de la edad de oro" ("Amintiri din epoca
de aur", 2009), compuesta por varias historias escritas por él y dirigidas
por él y otros compatriotas; y la espléndida y sobrecogedora "4 meses, 3 semanas, 2 días" ("4 luni, 3 saptamani
si 2 zile", 2007).
Un
médico que vive en una pequeña ciudad de Rumanía, un hombre íntegro, que tras
su juvenil ilusión inicial está totalmente desencantado con el rumbo que ha
tomado su país tras la caída de la dictadura comunista (casi nada ha cambiado),
y cuyo matrimonio está prácticamente acabado, tiene un único objetivo en la
vida que le obsesiona: que su hija adolescente saque la mejor nota posible en
el examen de selectividad para poder acceder a una beca que le permita estudiar
psicología en Inglaterra, pues no ve futuro para ella en su país. El día previo
al decisivo examen la chica, que no quiere irse al extranjero, sufre un intento
de agresión sexual en la calle que le provoca una lesión en la muñeca derecha y
la lógica conmoción anímica. A partir de ese momento el padre redoblará
esfuerzos, incluso sorteando sus rectos principios morales, que ha inculcado a
su hija, para que nada perturbe el destino que ha programado para ella.
Una
muy buena película (nota: 7), fría y seca, marca de la casa del
director, esta historia sobre las
miserias heredadas de la dictadura comunista, todavía plenamente incrustadas en
la sociedad rumana, corrupción y corruptelas, amiguismo, nepotismo, pago y
devolución de pequeños y grandes favores. También sobre las responsabilidades
paternales y la educación de los hijos (la de la escuela y la moral), esa que
trata de alcanzar sus sueños incumplidos y purgar pasadas frustraciones a
través de sus hijos, utilizándolos cual peleles, cuando en realidad tienen sus
propios deseos de cómo quieren encauzar su vida, tan lícitos o más que los de
los propios padres. Y de dilemas morales. Nos provoca una gran reflexión sobre
las pequeñas y grandes decisiones que hemos de tomar casi a cada rato.
Ahora
algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a mejor autoexaminarnos y a
discernir con más claridad, con el fin de lograr la mejor calificación posible
al final de nuestro devenir vital, comenzando con una reflexión del propio
director del film:
- "Muchos padres creen que pueden
redimirse a sí mismos a través de sus hijos". (Cristian Mungiu).
- "Sus hijos no son sus hijos [...]
Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios
pensamientos [...] Pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten
hacerlos como ustedes, porque la vida no marcha hacia atrás ni se detiene en el
ayer [...] Ámenlos con libertad, no apaguen el fuego de su hogar, vivan y dejen
vivir, así ellos siempre les querrán".
(Khalil Gibran).
- "El hombre no es ni ángel ni bestia;
pero, desgraciadamente, siempre que se empeña en ser ángel, cae en la
bestia". (Blaise Pascal).
- "En todas las cosas humanas, cuando se
examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que
de ellos surjan otros". (Nicolás
Maquiavelo).
Besos
y abrazos,
Don.
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