martes, 11 de octubre de 2016

Vengo a estos matutinos que me llaman

¡Buenos días!

Y entro en ellos, y ellos salen de mí, porque son yo mismo, y ellos yo. Y ya que estamos, nos dejamos ir, por ese difuso y etéreo mundo de la fantasía matutina, que es la misma realidad de este lugar y momento, y la realidad de la que vengo parece un lejano eco de ilusión, a la que no quedará más remedio que volver más pronto que tarde, en cuantito que os dé los besos y abrazos al final. Y al final parece confirmarse que llegará el otoño de verdad, mañana, con sus lluvias y su frescor, que estos pasados fantásticos días de sol y calor casi veraniego que hoy terminan parecen entonar el colorín colorado.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una película... un peliculón, que desde ya mismo os recomiendo muy encarecidamente que vayáis a ver. Se trató de "Un monstruo viene a verme" ("A monster calls"), de Juan Antonio Bayona, basado en una novela de Patrick Ness (también guionista) sobre una idea de Siobhan Dowd, y con Lewis MacDougall, Felicity Jones, Sigourney Weaver, Liam Neeson, y Toby Kebbell. Es el tercer largo de este director, de quien había visto sus dos anteriores, "Lo imposible" ("The impossible", 2012) y "El orfanato" (2007).

Un chaval de doce años, demasiado joven para ser un hombre y demasiado mayor para ser un niño, taciturno e introvertido, acosado por sus compañeros de colegio, vive con su madre, enferma terminal y separada de su marido, así que para refugiarse de sus pesares se deja llevar por su imaginación y dibujos. Una noche, a la misma hora en que se despierta asustado todas las noches por la misma pesadilla, se le aparece un monstruo gigantesco con forma de árbol (un tejo milenario) que le dice que le contará tres cuentos fantásticos que le serán de mucha utilidad, uno cada noche sucesiva, y a cambio el muchacho deberá contarle otro a él, la cuarta noche, pero que sea verdadero, que diga la verdad de lo que realmente siente y le pasa por su cabeza.

Magistral película (nota: 10) este fantástico drama fantástico que me maravilló; por todo; por lo que cuenta, un poliédrico cuento con varias capas que encierra tres cuentos y una verdad -que son muchas a la vez-; y por su impecable factura formal, técnica y artísticamente hablando. Como me pasó cuando leí el cervantino Quijote, casi lo que más me gustó fueron los cuentos que se cuentan en la historia, aceradísimo retrato de la condición humana.

Se nos habla con verdades hechas cuento y mediante cuentos que nos hacen ver la verdad de las cosas, de lo necesarias que son las historias que nos cuentan para entender el mundo que nos rodea, con otra perspectiva, para comprender lo que nos pasa y dar sentido a lo que sentimos, para poder enfrentarnos con coraje a nuestras pesadillas, sin miedo. También de una relación madre-hijo, de la pérdida, de madurar a marchas forzadas a causa de una desgracia; y de cómo nos forjamos, a partir de nuestros padres, de las historias que nos cuentan, de dominar los monstruos que llevamos dentro, que todo es blanco y negro a la vez, incluso nosotros mismos. La manera de acabar el film, sublime.

Ahora toca acudir a la llamada de la sabiduría ajena, así que vamos a ver que nos depara hoy:

 - "Sin el animal que habita dentro de nosotros somos ángeles castrados".  (Hermann Hesse).

 - "Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiese narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que se hayan escrito jamás".  (Giovanni Papini).

 - "Si no hubiese podido participar del mundo de los cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría muerto".  (Ana María Matute).

Besos y abrazos,

Don.
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