sábado, 8 de octubre de 2016

Rijoso matutino de chichinabo que me sale de...

¡Buenos días!

No sé si me río, o sonrío verticalmente, pero desde luego no me sonrojo por mucho que se ponga picantón el lenguaje -a lo mejor con la comida sí-, cada vez que sale de mis partes nada pudendas, normalmente mis entendederas, otro matutino más, por supuesto ni de poca importancia ni escaso valor para mí. Desde luego, lo que sí me pone rijoso, no de reír precisamente, sino en su sentido literal y en sus dos acepciones, es este clima excesivamente cálido para octubre, pues me siento cual acémila en celo y, además de ponerme palote, ya está llegando casi a enervarme, poniéndome peleón, luchando para no perecer hervido por este calor fuera de lugar, sobre todo el de fuera de mí, que mis excitados ardores internos me parecen más normales y llevaderos, además de gratificantes.

Este fin de semana estuve en el cine viendo una de animación por ordenador, no precisamente para niños, ni muy recomendable para ellos, dada su procacidad. Se trató de "La fiesta de las salchichas" ("Sausage party"), de Greg Tiernan y Conrad Vernon.

En los estantes de un supermercado los diversos alimentos (y demás productos) viven felices y contentos esperando que sus dioses humanos los elijan y se los lleven al más allá... más allá de las puertas correderas, donde disfrutarán de una vida plena. Sin embargo, uno de los alimentos devuelto por un cliente cuenta los horrores que ha visto en las cocinas de los humanos, pero nadie le cree. Una salchicha (él) que se ha enamorado de un panecillo (muy sensual ella) sueña con meterse dentro y disfrutar eternamente (bien lubricados por salsa de mostaza) cuando se los lleve un humano al paraíso, cosa que sucede, pero por accidente caen del carrito de la compra, y emprenderán la aventura de descubrir lo que verdaderamente ocurre en el más allá.

Una muy buena película (nota: 7) esta comedia gamberra e iconoclasta, muy divertida, aunque no de echar muchas risas, satírica, con mucha retranca, con humor muy negro, casi chamuscado, y picantemente malsonante. Digamos que políticamente incorrecta siendo correctos políticamente. Desde luego no hace ni puñetero caso de ese aforismo imperativo de los padres a sus hijos de "¡con la comida no se juega!", ni se hacen guarradas, añadiría yo... je, je, je...

Se cachondea de todo, lúbricamente -en sus dos acepciones-, primero y sobre todo, de la religión, y de las religiones y sus luchas peregrinas, pero también del conflicto árabe-israelí, de la cuestión racial, de la drogadicción, de... No deja títere con cabeza, y lo hace con suma inteligencia en sus corrosivas reflexiones. Todo un jocoso desparrame orgiástico sobre la picante y secreta vida de la comida (y de demás artículos de consumo), con sus propios conflictos existenciales y sexuales, miedo a la muerte, dudas entre esperar a disfrutar en el inexistente más allá o de la libido en el más acá, que para algo estará en nuestra naturaleza, sin opresivas culpas impuestas por estrechas mentes. Un detalle, la banda sonora es de Alan Menken, que ha compuesto taquillazos para la Disney, por lo que las melodías suenan a Disney, pero las letras... más bien lascivas.

Ahora algo de sabiduría ajena, que seguro nos ayuda a vislumbrar el verdadero valor e importancia de las cosas, hoy muy con el espíritu de Woody Allen, pues el film hoy glosado lleva sus mismas jocosas preguntas existenciales, pero varios puntos gamberretes más allá:

 - "A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos".  (Thomas Jefferson).

 - "Los hombres temen a los mismos dioses que han inventado".  (Lucano).

 - "Lo que se hace por amor está más allá del bien y del mal".  (Friedrich Nietzsche).

 - "Sólo existen dos cosas importantes en la vida. La primera es el sexo y la segunda no me acuerdo".  (Woody Allen).

 - "El amor es la respuesta, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas".  (Woody Allen).

 - "Sigo preguntándome si hay vida después de la muerte. Y si la hay, ¿Le cambiarán a uno un billete de veinte pavos?".  (Woody Allen).

 - "¿Por qué no dejo de destrozar mi vida buscando respuestas que jamás voy a encontrar, y me dedico a disfrutarla mientras dure?".  (Woody Allen).

Besos y abrazos,

Don.
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