¡Buenos
días!
Otra
mañana más en la que parezco evadirme de la realidad en estos protectores
matutinos, volando a su ras, rozándola pero sin tocarla, aunque haya invisibles
hilos entre los divinos matutinos y el mundanal ruido de ahí abajo. Por lo
demás, este verano venido a menos, a dos días de que el bienhechor otoño nos
lleve en volandas, sigue regalándonos sol y tibieza térmica.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Suburra", de
Stefano Sollima, y con Pierfrancesco Favino, Elio Germano, Claudio Amendola,
Alessandro Borghi, Greta Scarano, Giulia Elettra Gorietti, y Adamo Dionisi. Es
la primera película que veo de este director italiano. Nota de culturilla:
Suburra era un barrio de la antigua Roma, en cuya parte alta vivían senadores,
y en la baja, un suburbio arrabalero lleno de burdeles, maleantes y la gente
más miserable. Quedó como sinónimo de barrio de mala reputación.
Año
2011 en Roma, a siete días del Apocalipsis, especie de nueva caída del imperio
romano, cuando el Papa ha decidido renunciar a su cargo y el gobierno italiano
va a perder la confianza de la cámara de representantes, aunque todavía casi
nadie lo sabe, así que el primer ministro dimitirá antes. Un diputado del
partido en el gobierno está en un hotel con dos meretrices de alto standing,
una de las cuales, menor de edad, muere por sobredosis durante la orgía. Un
constructor inmobiliario lleno de deudas se suicida en el Tíber. Estos
intrascendentes hechos aparentemente aislados y sus interacciones generarán una
cascada in crescendo de acontecimientos que devendrán en cruenta guerra entre
las bandas mafiosas de la ciudad, y entre las diferentes facciones políticas
parlamentarias, con difíciles intentos de negociación entre y dentro de ambas.
Y la curia pontificia... a Dios rogando y con el mazo... recibiendo -por todos
los lados-. Corrupción generalizada por un pelotazo urbanístico del que todos
quieren sacar tajada.
Una
muy buena película (nota: 7) coral, con varias historias interrelacionadas,
este thriller de mafia, bastante canónico en sus fondos y más moderno en sus
maneras, con estupendas banda sonora y fotografía, y cruda realidad estilizada
en muchos momentos. Fresco o mosaico romano, en el que todos los personajes
actúan inmoralmente, o al menos de un modo nada edificante, que bien podría
trasladarse sin apenas cambios a esta nuestra España. Historias de podredumbre,
de los mutuos tejemanejes entre delincuencia, política y altos estamentos
eclesiásticos, en este caso sobre la base de la especulación inmobiliaria, de
ambición, orgías tanto sexuales como de sangre de vendetta, cuya mecha se
prende por un desliz sexual que puede descubrirse por una inoportuna muerte y
de los chapuceros intentos por barrerlo debajo de la alfombra, que degeneran,
por la confluencia de otras circunstancias azarosas, en una descontrolada
reacción en cadena de todavía más corrupción, venganzas y violencia extrema.
Al
final, ya en el fondo del matutino, antes de salir pero todavía metidos de
lleno en él, unas citas de sabiduría ajena:
- "La política es una guerra sin efusión
de sangre, y la guerra, una política con efusión de sangre". (Mao Tse-Tung).
- "La política es casi tan emocionante
como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en
política, muchas veces". (Winston
Churchill).
- "En política, como en religión, hay
devotos que manifiestan su veneración por un santo desaparecido convirtiendo su
tumba en un santuario del crimen".
(Thomas Macaulay).
- "Un buen político es aquel que, tras
haber sido comprado, sigue siendo comprable". (Winston Churchill).
- "El derecho viene a perecer menos veces
por la violencia que por la corrupción".
(Henri Lacordaire).
Besos
y abrazos,
Don.
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