¡Buenos
días!
Vuelvo
a alojarme en estos matutinos, en los que me siento como en casa, y de los que
no me pienso ir, ¡ni que me echen!, a no ser que yo mismo lo decida, que nadie
tiene el poder de hacerlo, ¡ni que se le ocurra! Por todo ello, me sentiré en
perpetua deuda con ellos, de la que por supuesto jamás me exigirán el pago,
cosas del hoy por ti y mañana por mí. Por lo demás, el verano sigue como en su
casa, sin importarle lo que los demás pensemos de él, tan pegajosamente cercano
que agobia, en otro día de máximas rondando la cuarentena. De seguro, antes o
después del cercano equinoccio, en pocos días, será desalojado por el otoño,
sea el de calendario o el meteorológico.
Ayer
por la tarde estuve en el cine viendo "Cerca de tu casa",
de Eduard Cortés, y con Silvia Pérez Cruz (un encanto), Iván Massagué, Adriana
Ozores, Manuel Morón, Lluís Homar, Oriol Vila, e Iván Benet. Es el sexto largo
de este director, de quien había visto tres de sus anteriores, todos muy buenos:
el quinto, "¡Atraco!" (2012); el segundo, "Otros días vendrán" (2005); y el primero, "La vida de nadie" (2002).
Otoño
del 2007. Una joven treintañera pierde su trabajo, no puede hacer frente al
pago de su hipoteca, y es desahuciada junto a su hija y marido sin oficio ni
beneficio, por lo que deben irse a vivir a casa de los padres de ella, que
también está amenazada de embargo pues avalaron el préstamo de su hija. Un
empleado de oficina bancaria debe hacer frente al drama de dejar sin casa a sus
vecinos de siempre, la familia anterior. Un policía vive atormentado porque
tiene que desalojar por orden judicial familias enteras de sus casas y dejarlas
en la calle. Estas y otras situaciones se nos presentan en esta historia.
Una
espléndida película (nota: 8) que me cautivó
inesperadamente, conmovedora, incluso a pesar de algunos pequeños peros y de
que al principio no conseguía engancharme, pues tocó mi diapasón (mi fibra
sensible) de inteligencia y emoción tratando un tema incómodo, con tan buen
tono como para que vibrara en su justa medida, que la inteligencia sin emoción
no lo es tanto, y la emoción sin inteligencia no es buena emoción.
Drama
musical con una mirada diferente y audaz sobre la crisis y los desahucios
(entre 2007 y 2015 fueron desahuciadas en España más de medio millón de
familias, que se dice pronto, mientras los bancos eran premiados por su mala
gestión hipotecaria con subvenciones estatales), con temas musicales compuestos
y cantados en directo por la encantadora cantante y actriz principal, y también
por el resto del elenco, también con algunas coreografías anejas, todo muy
estiloso. Precisamente el buen tono de la película es debido en su mayoría a
las deliciosas canciones que casi dicen más que lo hablado en el film (premio a
la mejor banda sonora en el pasado Festival de Málaga).
¡Sí
señor... y señora!, por el director-guionista y la actriz-cantante-compositora
de esta recomendable película, que me recordó por su temática a otra sobre el
mismo tema vista hace poco, "Techo y comida" (2015) de Juan Miguel Castillo; y a la
magistral "Bailar en la oscuridad" ("Dancer in the dark",
2000) de Lars von Trier por el modo de tratar los números musicales e
integrarlos naturalmente en la trama.
Ahora
os acerco unas citas de sabiduría ajena que espero alojemos en nuestras
entendederas:
- "En todas las cosas humanas, cuando se
examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que
de ellos surjan otros". (Nicolás
Maquiavelo).
- "Mientras en mi casa estoy, rey me
soy". (Refrán).
- "Se decía de un hombre muy egoísta:
pegaría fuego a nuestra casa para freír un par de huevos". (Chamfort).
- "La caridad empieza en nuestra casa y
la justicia en casa del vecino".
(Charles Dickens).
Besos
y abrazos,
Don.
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