miércoles, 7 de septiembre de 2016

Hogareña cercanía matutina

¡Buenos días!

Vuelvo a alojarme en estos matutinos, en los que me siento como en casa, y de los que no me pienso ir, ¡ni que me echen!, a no ser que yo mismo lo decida, que nadie tiene el poder de hacerlo, ¡ni que se le ocurra! Por todo ello, me sentiré en perpetua deuda con ellos, de la que por supuesto jamás me exigirán el pago, cosas del hoy por ti y mañana por mí. Por lo demás, el verano sigue como en su casa, sin importarle lo que los demás pensemos de él, tan pegajosamente cercano que agobia, en otro día de máximas rondando la cuarentena. De seguro, antes o después del cercano equinoccio, en pocos días, será desalojado por el otoño, sea el de calendario o el meteorológico.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Cerca de tu casa", de Eduard Cortés, y con Silvia Pérez Cruz (un encanto), Iván Massagué, Adriana Ozores, Manuel Morón, Lluís Homar, Oriol Vila, e Iván Benet. Es el sexto largo de este director, de quien había visto tres de sus anteriores, todos muy buenos: el quinto, "¡Atraco!" (2012); el segundo, "Otros días vendrán" (2005); y el primero, "La vida de nadie" (2002).

Otoño del 2007. Una joven treintañera pierde su trabajo, no puede hacer frente al pago de su hipoteca, y es desahuciada junto a su hija y marido sin oficio ni beneficio, por lo que deben irse a vivir a casa de los padres de ella, que también está amenazada de embargo pues avalaron el préstamo de su hija. Un empleado de oficina bancaria debe hacer frente al drama de dejar sin casa a sus vecinos de siempre, la familia anterior. Un policía vive atormentado porque tiene que desalojar por orden judicial familias enteras de sus casas y dejarlas en la calle. Estas y otras situaciones se nos presentan en esta historia.

Una espléndida película (nota: 8) que me cautivó inesperadamente, conmovedora, incluso a pesar de algunos pequeños peros y de que al principio no conseguía engancharme, pues tocó mi diapasón (mi fibra sensible) de inteligencia y emoción tratando un tema incómodo, con tan buen tono como para que vibrara en su justa medida, que la inteligencia sin emoción no lo es tanto, y la emoción sin inteligencia no es buena emoción.

Drama musical con una mirada diferente y audaz sobre la crisis y los desahucios (entre 2007 y 2015 fueron desahuciadas en España más de medio millón de familias, que se dice pronto, mientras los bancos eran premiados por su mala gestión hipotecaria con subvenciones estatales), con temas musicales compuestos y cantados en directo por la encantadora cantante y actriz principal, y también por el resto del elenco, también con algunas coreografías anejas, todo muy estiloso. Precisamente el buen tono de la película es debido en su mayoría a las deliciosas canciones que casi dicen más que lo hablado en el film (premio a la mejor banda sonora en el pasado Festival de Málaga).

¡Sí señor... y señora!, por el director-guionista y la actriz-cantante-compositora de esta recomendable película, que me recordó por su temática a otra sobre el mismo tema vista hace poco, "Techo y comida" (2015) de Juan Miguel Castillo; y a la magistral "Bailar en la oscuridad" ("Dancer in the dark", 2000) de Lars von Trier por el modo de tratar los números musicales e integrarlos naturalmente en la trama.

Ahora os acerco unas citas de sabiduría ajena que espero alojemos en nuestras entendederas:

 - "En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se demuestra que no pueden apartarse los obstáculos sin que de ellos surjan otros".  (Nicolás Maquiavelo).

 - "Mientras en mi casa estoy, rey me soy".  (Refrán).

 - "Se decía de un hombre muy egoísta: pegaría fuego a nuestra casa para freír un par de huevos".  (Chamfort).

 - "La caridad empieza en nuestra casa y la justicia en casa del vecino".  (Charles Dickens).

Besos y abrazos,

Don.
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