¡Buenos días!
Inconmensurables beneficios
me aportan estos matutinos, desde luego lo más lejanos que pueda concebirse de
lo monetario, y que trato de regalar por doquier, a todo aquel que quiera
recibirlos, clausurando cualquier atisbo mercantil que pudiera deslumbrarnos y
apartarnos de lo esencial. Y hoy llueve de nuevo, maná que se regala la
primavera para producir más de sí misma en los días siguientes, y tenernos a todos
contentos con sus dones, que siempre cotizan al alza, a pesar de su
volatilidad, en nuestro estado de ánimo. La máxima prevista para hoy en los
madriles es de 17ºC, agradabilísimos todavía, a pesar de bajar ocho grados con
respecto a ayer.
Y ayer por la tarde estuve
en el cine viendo "El capital humano" ("Il
capitale umano"), de Paolo Virzì, basado en la novela "Human
capital" de Stephen Amidon, y con Valeria Bruni Tedeschi, Fabrizio
Bentivoglio, Valeria Golino, Fabrizio Gifuni, Matilde Gioli, Guglielmo Pinelli,
y Giovanni Anzaldo. Había visto uno de los anteriores films de este director
italiano, "La prima cosa bella" (2010).
Un ciclista es arrollado por
un lujoso todoterreno durante la Nochebuena de hace unos pocos años, cuando la
actual crisis económica está empezando a manifestarse. Este accidente marcará
la vida de dos familias: una de multimillonarios que se dedican a la
especulación financiera mediante la gestión de fondos de inversión de alto
riesgo y que ofrecen elevadísimas rentabilidades; y otra de clase media con
ínfulas de rápida mejora económico-social que posee un pequeño negocio
inmobiliario que está al borde de la quiebra; cuyos hijo e hija,
respectivamente, están aparentemente ennoviados.
Una estupenda película (nota:
8) que os recomiendo. Un thriller contado en cuatro capítulos, tres
de los cuales muestran el mismo hecho, el accidente y los sucesos previos
acaecidos desde seis meses atrás y hasta poco tiempo después, según el distinto
punto de vista de tres de los implicados, más un capítulo final de
recapitulación; al estilo que inició esa obra maestra que es "Rashomon" (1950) de Akira Kurosawa.
Pero no se queda en tratar
de averiguar qué pasó con ese accidente, que además se hace un retrato de las
diversas clases sociales, las dos anteriores, y también, aunque de manera más
tangencial, más marginal, la de los barrios más humildes. En definitiva, de
toda nuestra sociedad en su conjunto. Muestra como el dinero trastoca todo lo
que toca, como deslumbra a los que más carecen de él, de la catadura moral de
la gente, con independencia de su clase social, que se realza para bien y para
mal en las situaciones más críticas. Todo con el trasfondo de la crisis actual,
de orígenes especulativos, toda vez que la etérea riqueza creada a partir de
esto se evaporó al calor de la codicia, y que es aceradamente analizada no sólo
a través de los actos económicos de los personajes, sino de su comportamiento
personal en otras esferas de sus vidas, también por una concatenación fatal de
acontecimientos, especie efecto mariposa, pequeños actos irrelevantes en principio
que al final si son importantes para las consecuencias, si se dan condiciones
adecuadas, y se dieron. Y sólo pagaron verdaderamente el pato los de siempre,
los menos pudientes, con independencia de la responsabilidad de cada cual, de
todos.
Ahora algo de sabiduría
ajena, que espero rentabilicemos con creces en nuestro provecho:
- "Generalmente se juzga a los hombres
por el crédito que disfrutan o por las riquezas que poseen". (François de la Rochefoucauld).
- "Nunca hizo rico al hombre el dinero,
porque solamente le sirve para aumentar su codicia". (Séneca).
- "Los hombres son pervertidos no tanto
por la riqueza como por el afán de riqueza". (Louis de Bonald).
- "Ningún hombre honesto se hace rico en
un momento". (Refrán).
Besos y abrazos,
Don.
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