miércoles, 3 de septiembre de 2014

Matutino congresual de hoy día

¡Buenos días!

Otra mañana más en la que estamos aquí reunidos todos los que lo deseamos para deliberar de lo que nos plazca, a nuestro libre albedrío, tenga que ver con la realidad o con mi imaginación, aunque ambas vengan a ser lo mismo, que la realidad muchas veces parece imaginación, y lo que imaginamos es normalmente muy real. El verano también se ha reunido consigo mismo y ha tomado la decisión de agobiarnos hoy menos que ayer (unos tres grados menos de máxima), que si no acabará por fundirnos hasta la última de nuestras neuronas en nuestros recocidos cráneos, que ya casi más deliran que razonan o sienten.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "El congreso" ("The congress"), de Ari Folman, y con Robin Wright (esplendorosa en su madurez), Harvey Keitel, Danny Huston, y Paul Giamatti. Está basado libremente en un relato de Stanislaw Lem (también el novelista de "Solaris") titulado "Congreso de futurología". Es el cuarto largo de este director israelí, de quien ya había visto su anterior, "Vals conBashir" ("Vals im Bashir", 2008).

Robin Wright es una madura actriz cuyo mejor momento profesional hace años que ya pasó, así que a regañadientes, por su necesidad de dinero, acepta la propuesta de unos estudios cinematográficos de digitalizar su imagen, para que la usen a su antojo, con la condición de que debe desaparecer como actriz y persona, pues su avatar ya hará todo el trabajo. El contrato es por 20 años. Una vez pasados, es invitada a un congreso de futurología que se desarrolla en el mundo virtual animado, en el que la proponen ampliar el contrato, dados los nuevos avances tecnológicos habidos que han hecho cambiar radicalmente el mundo, en el que ya no está clara la frontera entre lo real y lo irreal.

Una extraña e inclasificable película, que combina personajes reales, en una primera parte, con psicodélica y colorista animación en una segunda, y en la que se crítica un próximo futuro distópico (¿ya hoy en día?) en el que lo virtual tiene más importancia que lo real, y en el que la mayoría de la gente prefiere evadirse de la anodina realidad a base de química que induce estados de ánimo y realidades paralelas. Esto en la segunda parte, que en la primera se reflexiona sobre actores títeres manipulados a su antojo por productores cinematográficos para conseguir máximo beneficio. En definitiva, habla del posible futuro del cine y de la humanidad en general. Como en un buen congreso se induce al buen debate y reflexión sobre estos y otros temas. De todas formas no me acabó de convencer del todo, con algunos alucines e inconexiones, a pesar de otros momentos realmente (e imaginadamente) espléndidos.

Ahora, ahí os dejo reunidas unas citas de sabiduría ajena, que seguro incitan a nuestra reflexión y debate interior:

 - "El verdadero escritor no lo pone todo en su libro; lo mejor de su trabajo se realiza en el alma de los lectores".  (Anónimo).

 - "El arte es la mentira que nos permite comprender la verdad".  (Pablo Picasso).

 - "El mayor azote de la vida moderna es tener que dar importancia a cosas que, en realidad, no la tienen".  (Rabindranath Tagore).

 - "No hay más realidad que la imagen ni más vida que la conciencia".  (Azorín).

 - "¡Qué glorioso regalo es la imaginación y la satisfacción de lo que ofrece!".  (Thomas Mann).

 - "Si deseas que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!".  (Ambrose Bierce).

Besos y abrazos,

Don.
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