miércoles, 24 de septiembre de 2014

¡Jo!, ¿matutino al rescate?

¡Buenos días!

De nada tienen que liberarme los matutinos, que acudo a ellos porque sí, a mi albedrío, porque me encuentro perfectamente a gusto en ellos cada vez que me acogen, y de los que salgo después a bregar con la realidad, con renovados bríos. Y tampoco me fastidian los eventuales y leves chubasquillos, que estamos en otoño, y es lo que toca.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "Joe", de David Gordon Green, basado en la novela homónima de Larry Brown, y con Nicolas Cage y Tye Sheridan. Es el primer largo que veo de este director.

Joe Ransom es un ex presidiario que trata de rehacer su vida en su pequeño pueblo del profundo sur norteamericano, de asfixiante y empantanado ambiente, trabajando en una pequeña empresa maderera de la que es propietario, codo con codo junto a sus pocos empleados, como buen jefe que es, aunque no sea un dechado de virtudes. Un día se le presenta un adolescente de 15 años que acaba de llegar al pueblo solicitándole un trabajo, para poder mantener a su vagabunda familia (padre, madre, y hermana), con quien malvive en una mísera y cochambrosa chabola provisional, y poder huir con ellas de su abusador padre alcohólico. Le cae bien el chico y le contrata.

Buena película en general, cuya historia no me gustó ni me dijo gran cosa, aunque el modo de narrarla y el resto de aspectos fílmicos sí que me agradaron. Crudo drama, sórdido a ratos, con algún deje de western, sobre dos almas dolidas y molidas por la vida que vivieron, que conectan en una relación paterno-filial, pues se ven reflejados el uno en el otro (y viceversa), un casi cincuentón que ve en el chaval una oportunidad de redimirse de sus pasados errores al ayudarle, y un adolescente que quiere huir de su abominable padre y ve en el duro ex presidiario un espejo en quien reflejarse, un modelo al que imitar.

Ahora algo de sabiduría ajena, que tanto me deleita, y con la que seguro podremos ayudarnos a mejor sobrellevar y sortear los mamporros de la vida:

 - "Del hablador he aprendido a permanecer callado; del intolerante, a ser indulgente; y del malévolo, a tratar a los demás con cordialidad. Y por curioso que pudiera parecer, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros".  (Khalil Gibran).

 - "Nada es más digno de admiración en un hombre noble que el saber aceptar e imitar las virtudes de los demás".  (Confucio).

 - "Una sonrisa cura las heridas de un ceño fruncido".  (William Shakespeare).

 - "El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento".  (Víctor Pauchet).

 - "Quien trabaja lo hace con la esperanza de ganar con ello un día la liberación de su vida, de poder en su hora dejar de trabajar y ... comenzar de verdad a vivir".  (José Ortega y Gasset).

 - "Algunas cosas del pasado desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar".  (Mario Benedetti).

Besos y abrazos,

Don.
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