¡Buenos días!
Nunca llega la sangre al río siempre dulce de estos matutinos de tierra adentro, porque aquí todo, gracias a mis hadas y ninfas, es promisión de paz y confraternidad. Y conforme van pasando los días, a medida que poco a poco van subiendo las temperaturas, más parece que este invierno va poniendo cada vez más tierra de por medio para dejar paso a la dulce primavera por venir.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "En tierra de sangre y miel" ("In the land of blood and honey" ... o mejor, "U zemlji krvi i meda"), que la versión original es en bosnio, aunque esté dirigida por la "neumática" (expresión extraída de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley, que viene a significar que está buenísima) y megaestrella hollywoodiense Angelina Jolie, e interpretada por Zana Marjanovic y Goran Kostic. Es el debut como directora de esta hermosísima mujer, también guionista y productora.
En Bosnia, en 1992, poco antes de que estalle esa cruel guerra (como todas las demás) que allí acaeció, se conocen un policia serbo-bosnio y una pintora bosnio-musulmana y entablan una relación sentimental. Pero todo se rompe tras la espiral de violencia, pues ella es detenida y él es un oficial del ejército serbobosnio, que una vez que la reencuentra trata de apartarla de la vorágine de extrema crueldad y humillación. Se siguen queriendo, pero él es el dueño de su vida. Todo se va complicando, y su amor es cada vez más imposible.
En general una buena película, bienintencionada, con sus más y sus menos, una dura (y algo escabrosa a veces) historia de amor y odio en medio de una guerra, sobre sus horrores, sobre el callado y oculto sufrimiento (violencia sexual, auténticos crímenes de guerra de la más baja calaña), de las mujeres en esas situaciones; sobre la anímica desolación que se da en esa masiva locura; sobre lo fácil que a veces puede ser pasar de la humanidad a la bestialidad y de lo difícil que es volver atrás y reconciliarse, incluso consigo mismo.
Ahora, que ya estamos en tierra de la sabiduría ajena, bebamos de su néctar para mejor comprender que derramar la sangre de otro es perder la nuestra:
- "Dos cosas me admiran: la inteligencia de las bestias y la bestialidad de los hombres". (Tristán Bernard / Flora Tristán).
- "Rascad al hombre civilizado y aparecerá el salvaje". (Arthur Schopenhauer).
- "Por el solo hecho de formar parte de una multitud, desciende, pues, el hombre varios escalones en la escala de la civilización". (Gustave le Bon).
- "El pueblo comprende más pronto el lenguaje de las pasiones que el de la razón". (Jaime Balmes).
- "El amor y la poesía me embriagan, inocentemente, como al tigre la sangre". (Arrabal).
- "La política es una guerra sin efusión de sangre, y la guerra, una política con efusión de sangre". (Mao Tse Tung).
- "No se puede ganar una guerra, como tampoco se puede ganar un terremoto". (Jeannette Rankin).
Besos y abrazos,
Don.
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