domingo, 10 de abril de 2011

Todos son mis matutinos

¡Buenos días!

Pues sí, todos los que escribí y seguiré escribiendo, de los que me siento orgulloso y totalmente responsable, sin omitir ninguno; no en vano son mis hijos, aunque no físicos, sino anímicos. Y seguimos de animosa primavera, soleada y cálida, aunque una pizca más fresca, lo que se agradece.

Ayer por la noche estuve en el teatro viendo la obra "Todos eran mis hijos" ("All my sons"), escrita en 1947 por Arthur Miller, adaptada y dirigida por Claudio Tolcachir, y con Carlos Hipólito, Gloria Muñoz, Fran Perea, y Manuela Velasco. De este director había visto hace pocos años otra obra suya (escrita también por él), "La omisión de la familia Coleman", cuyo matutino podéis ver pinchando aquí.

Un exitoso industrial que hizo su fortuna vendiendo piezas de avión durante la II Guerra Mundial se libró de la cárcel cuando vendió un lote de piezas defectuosas que provocaron 21 muertos entre aviadores, inculpando a su socio y mejor amigo, y evadiéndose de su responsabilidad. Su hijo mayor, también aviador, fue dado por desaparecido en combate, pero su madre sigue pensando, tras más de tres años tras el incidente, que volverá. La tranquila placidez familiar se romperá cuando la novia, convencida de su muerte, regrese para anunciar que se casará con el hermano pequeño, destapándose todo un entramado de secretos.

Una excepcional obra, espléndidamente interpretada. Un intensísimo drama familiar sobre las responsabilidades que piden los hijos a sus padres, las generaciones futuras a las pasadas, que comenzó como una casi banal comedia costumbrista, y que nos hace reflexionar sobre la inmoralidad de lucrarse con la guerra, del cinismo de las empresas bélicas, y que plantea profundos dilemas morales, criticando de paso la hipocresía social.

Ahora algo de sabiduría ajena, no mía, aunque intento asumirla como propia para mejor desenvolverme por la vida:

 - "No es tan culpable el que desconoce un deber como el que lo acepta y lo pisa".  (Concepción Arenal).

 - "El que pretende enriquecerse en un día se verá apremiado durante un año".  (Leonardo da Vinci).

 -"Un hombre sin defectos es un tonto o un hipócrita del que debemos desconfiar".  (Joseph Joubert).

 - "Para muchos, la moral no es otra cosa que las precauciones que se toman para transgredirla".  (Albert Guinon).

 - "Si podemos formularnos la pregunta: ¿soy o no responsable de mis actos?, significa que sí lo somos".  (F. Dostoievski).

 - "Los niños comienzan por amar a sus padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan".  (Óscar Wilde).

 - "No te preocupes por no poder dar a tus hijos lo mejor de todo ... dales lo mejor de ti".  (Anónimo).

Besos y abrazos,

Don.
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