viernes, 15 de abril de 2011

Matutino de narices

¡Buenos días!

Efectivamente, estoy de narices, que hace una estupenda mañana de primavera, soleada y muy agradable, que invita al optimismo y a que cualquier eventual problema nos parezca nimio. Me da en la nariz que mis hadas y ninfas estarán disfrutando de lo lindo, despreocupadas, de este arrebatador día, y que en este remanso matutino asomaré mis "idem" por donde ellas paren.

Antes de ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La mujer con la nariz rota" ("Zena sa slomljenim nosem"), de Srdan Koljevic, y con Nebojsa Glogovac, Anica Dobra, Branka Katic, y Nada Sargin.

En un día de lluvia un taxista recoge a una joven con la nariz rota y con su bebé en brazos. Atrapados en un atasco de Belgrado en medio de un puente, de repente, tras una tonta discusión con el taxista, la chica se baja y se tira por el puente dejando a su bebé en el taxi. Este intento frustrado de suicidio cambiará la vida de tres personajes que presenciaron el hecho: el propio taxista, una profesora de instituto, y una farmacéutica. El primero, un refugiado bosnio que no quiere implicarse emocionalmente con nada ni con nadie. La segunda, que de repente rememora el accidente de su hijo muerto. La tercera, que repentinamente se da cuenta de que no quiere casarse y huye de su novio. Y de la propia suicida.

Una historia de vidas cruzadas, de personajes heridos, en cuerpo y alma, que sobreviven día a día tratando de enfrentarse a sus miedos, que les apesadumbran, para poder superar sus heridas. Personajes bloqueados emocionalmente y que necesitan de algo que les saque de su ensimismamiento para que puedan ver una esperanzadora salida ... gracias al amor. Podría verse como una metáfora de toda la sociedad yugoslava (serbia, bosnia, etc.) tratando de recuperarse de las heridas de la guerra.

Una buena película pero que no me emocionó en exceso, dejándome algo frío. En una de sus historias me recordó a una estupendísima película española de 1997 que os recomiendo encarecidamente: "La buena estrella", de Ricardo Franco.

Ahora, toca darse de narices con la sabiduría ajena, para que nos ayude a ver más allá de nuestras "idem":

 - "El amor y la nariz enrojecida no pueden ocultarse".  (Thomas Holcroft).

 - "Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan las lentes cuando se tienen sobre la nariz".  (Gustavo Dorz).

 - "No te preocupes por lo malo que dicen que ha de venir, pues todavía no ha llegado. Sujeta con firmeza tus manos al presente y transmítele tu fuerza, tu calor y tu ánimo".  (Ángela Vallvey).

 - "Para todas las heridas del alma, por profundas que sean, el tiempo, ese gran consolador, tiene su bálsamo".  (Christoph M. Wieland).

 - "Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillas entre las nubes".  (Khalil Gibran).

Besos y abrazos,

Don.
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