jueves, 7 de abril de 2011

Acuario matutino

¡Buenos días!

Quiero salir de esta burbuja matutina, de esta pecera con la que me reencuentro casi a diario, también con sus hadas y ninfas, y en la que de cuando en cuando boqueo sin sentido; y lo haré, seguro que lo haré, como cada mañana. Pero ahora toca estar inmerso en ella y disfrutar de su serena quietud, como la de esta deliciosa mañana primaveral henchida de sol ardoroso (máximas previstas entre 25 y 30ºC) que tal vez evapore los éteres que la rellenan y me permiten respirar, antes de salir a viajar aventureramente, sea dando una vuelta a la manzana, sea imaginando paradisíacos atolones en los que atolondrarme, más aún si cabe, esta vez por exceso de fluidos.

Ayer por la tarde estuve en el cine viendo "La vida de los peces", de Matías Bize, y con Santiago Cabrera y Blanca Lewin. Es la cuarta de este director chileno y primera suya que veo. Este film se llevó este año el Goya a la mejor película hispanoamericana.

Un treintañero periodista de una revista de viajes regresa a Chile, tras 10 años de ausencia total en Alemania, para la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos. Se reencuentra con los amigos de toda la vida, pero en realidad lo hace para tratar de volver a ver a su antiguo amor, a quien no ha olvidado, y enfrentarse a su pasado con ella, saldando cuentas. Se respira que siguen atraídos el uno por el otro. ¿Volverá solo o acompañado?

Una muy buena película, con estupenda banda sonora, que hubiera necesitado de subtítulos en ciertas fases, por el cerradísimo acento y desconocidos giros gramaticales. Nos habla de reencuentros, de posibles segundas oportunidades tratando de reconstruir un pasado amor desde la desolación interior que quedó de entonces. Se desarrolla en tiempo real, en algo menos de hora y media, mientras vemos el pausado discurrir de él en la fiesta por entre antiguos amigos que le parecen ahora bastante ajenos. Un pez fuera del agua, un viajero de largo recorrido, que es un extraño tanto donde se fue, como donde regresa.

Ahora, algo de sabiduría ajena a modo de oxígeno vital que nos ayude ante ciertos agobios:

 - "Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte".  (Miguel de Unamuno).

 - "Cuando uno emplea demasiado tiempo en viajar llega a ser finalmente extranjero en su propio país".  (René Descartes).

 - "Los viajeros nunca piensan que son extranjeros".  (Mason Cooley).

 - "Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el que se pudo".  (Marie von Ebner-Eschenbach).

 - "Nunca he comprendido que los hombres ni los pueblos quieran volver a vivir una sola hora de su vida pasada. Bien pasado está todo lo pasado".  (Jacinto Benavente).

 - "Añorar el pasado es correr tras el viento".  (Proverbio ruso).

Besos y abrazos,

Don.
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