¡Buenos días!
Estos días de veraniega calorina no tienen nada de preciosos, así que me temo que será preciso que volemos a mayor altitud o a más boreales latitudes, sea física o mentalmente. Estamos de alerta amarilla por altas temperaturas, con una máxima prevista para hoy por los madriles de unos 37ºC, y subiendo para próximos días... ¡Uf!... Bueno, me reconforto criando este nuevo retoño matutino que viene a mis brazos, cuidándole con esmero, toda una preciosidad, tanta como cualesquiera otros que le precedieron me parece que son.
Ayer por la tarde estuve en el cine viendo una de animación. Se trató de "La mercancía más preciosa" ("La plus précieuse des marchandises", 2024), de Michel Hazanavicius, basada en el cuento homónimo (2019) de Jean Claude Grumberg. De este director francés había visto dos de sus anteriores films, "Mal genio" ("La redoutable", 2017), la oscarizada "The artist" (2011)... y otra más, compuesta de varios episodios y codirigida con varios otros, la bastante infumable "Los infieles" ("Les infidèles", 2012).
Un humilde leñador y su esposa viven en la penuria, en una aislada cabaña en medio de un bosque centroeuropeo. Son tiempos de guerra en la década de 1940. En un crudo día de invierno, de uno de los trenes de mercancías que suelen atravesar el bosque camino del infierno, un bebé envuelto en un valioso chal es arrojado a la nieve desde el convoy y hallado por la esposa, que suele merodear por las vías por si encontrara algo de valor en sus inmediaciones. Lo recoge, adopta, cuida, y lo considera la más preciosa de las mercancías que jamás encontró. Pero cuando su marido regresa a casa tras otra dura jornada más, lo rechaza de inmediato, por ser un "sin corazón" (un judío) que no tiene derecho a la vida, y dice que lo entregue, a lo que ella se niega firmemente.
Muy buena película (nota: 7) esta fábula o alegoría sobre la humanidad que late sepultada por el horror, un bonito cuento, trágico aunque esperanzador, con parcos diálogos. Con una bellísima animación, de preciosas imágenes cual óleos o acuarelas en silente movimiento, y algunas otras que hacen metáfora del horror vivido en aquellos años, que queda como telón de fondo, sin ser mostrado de manera palmaria, salvo en algunos momentos hacia el final. Podría ser perfectamente extrapolable a lo que está actualmente sucediendo en Gaza, donde las antaño víctimas son ahora los verdugos... ¡ya les vale!
Bueno, ahí os dejo estas citas de sabiduría ajena, preciosas mercancías con las que no trafico, que ahí os las dejo para vuestro deleite:
- "Lleva tu cruz cantando y no suspirando. En todo mercado vale más una sonrisa que mil lamentos". (Charles Lamb).
- "Si haces el bien para que te lo agradezcan, mercader eres, no bienhechor; codicioso, no caritativo". (Francisco de Quevedo).
- "Uno nunca debe dirigir a las personas hacia la felicidad porque la felicidad es, generalmente, un ídolo producto del mercado. Uno debe dirigir a los seres humanos hacia el afecto y, si es posible, hacia el amor". (Alexander Solzhenitsyn).
- "El amor es siempre amor, venga de donde venga. Un corazón que late con su acercamiento, un ojo que llora cuando se va, son cosas tan raras, tan dulces, tan preciosas que nunca deben ser despreciadas". (Guy de Maupassant).
Besos y abrazos,
Don.
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